abril 06, 2008

Un fragmentito de Todos tienen premio, todos

Ayer vi a Juana y Nemesio, el hijo del elotero, haciendo el amor sobre la taza del guáter, en el mercado. No saben. Luz y yo, sí. Primero, nos contemplamos desnudos bajo el mostrador, cuando el Maistro se ha ido. Luego buscamos qué hay de nuevo en nuestro cuerpo. Me empiezan a salir vellitos en los sobacos. A Luz se le está hinchando el pecho. Creo que le van a salir chiches. Después ella juega con mi pitirrín y yo le beso la pepa. Jugamos y jugamos hasta que me orino. Ella ríe. Cantamos un rato, nos dormimos y nos vamos. Pero ellos no saben. Hacen sus cosas rápido. Mi mamá tampoco sabe. Con mi papá, tal vez. Mi hermana, la que se murió, quién sabe. No lo creo. Era guapa, cuatro años mayor que yo. Mi papá llegaba borracho porque no tenía trabajo. Ahora me da gusto porque dicen que allá, en las Galletas, hay mucho que hacer.

Emiliano Pérez Cruz, Todos tienen premio, todos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es un muy buen cuento, recuerdo que lo leí hace ya varios años cuando iba en la prepa y me gustó mucho.

Lo he estado buscando en la red pero no he podido encontrarlo. Agradecería mucho que me dijeran donde lo puedo leer si es que se encuentra en algún sitio web.

En verdad lo recomiendo