Hay veces que en verdad quisiera tirar la toalla. Hoy, en muchos sentidos, es un día de esos... Afortunadamente, mañana será otro día.
septiembre 30, 2009
Persecución de un OVNI en Galicia
Chanchanchán... Este video ha causado sensación. ¿Verdadero o falso?
septiembre 27, 2009
Sólo sé lo que siento
Sólo sé lo que siento.
Sólo estoy seguro de ello.
Más no puedo hacer ni decir.
Ojalá tú también lo sepas.
A mí no me cabe duda alguna.
Y eso, para mí, ya es algo.
Ya es mucho.
Lo es todo.
Sólo estoy seguro de ello.
Más no puedo hacer ni decir.
Ojalá tú también lo sepas.
A mí no me cabe duda alguna.
Y eso, para mí, ya es algo.
Ya es mucho.
Lo es todo.
septiembre 14, 2009
Cosas inverosímiles
El pasado sábado me pasó una cosa de locos. Llegué a CU tarde, pues se fue la luz en la madrugada en mi colonia por las canijas lluvias que han caído últimamente en la zona, lo cual provocó que se desprogramara mi despertador.
Al llegar, había poco lugar en el estacionamiento. De hecho, no había lugar, salvo varios espacios que se encontraban debajo de una carpa. Me causó extrañeza. Un viene-viene me dijo que no había problema, pero a mí me generaba duda el notar que habiendo treinta lugares disponibles, sólo unos diez estaban ocupados. Le pregunté que a qué se debía la carpa, el joven dijo que no me preocupara. Le pregunté: "¿Seguro?". Él dijo que sí, que era por un evento ocurrido un día antes. Confié en él y me fui a mis clases.
Mi última clase termina a las dos de la tarde, pero yo fui a la biblioteca por un libro que necesitaba para una tarea, por lo que llegaría al estacionamiento como a las dos y media. ¡Oh sorpresa! En la carpa había un evento del STUNAM. Mesas por todas partes, gente en ellas comiendo y mi coche justamente en medio de aquel festejo. ¡No lo podía creer!
Me acerqué a los viene-viene, donde, por cierto, ya no estaba el que me había recibido. Les cuestioné. Me dijeron: "Ah, ¿es suyo ese? Hasta nos regañaron que por qué los dejamos, pero nosotros no." Yo dije: "¡Cómo no! Me lo dijo un compañero suyo de gorra verde, que no había problema al dejarlo ahí." Se desentendieron, me dijeron que fuera hablar con el capitán de meseros. Pero, ¿para qué? La gente estaba comiendo y ni modo que yo llegara poniendo una linda cara a decirles si me daban permiso. Me tuve que aguantar. Sufrí pensando en que la celebración pudiera extenderse muchas horas, pero recordé que CU lo cierran a las cuatro de la tarde los sábados. El festejo debería acabar a las cuatro a más tardar. Lo más prudente sería esperar. Así lo hice.
Esperé hasta que hubiera la menor cantidad de gente posible, pues moría de pena. Entre menos ojos inquisidores mejor. Regresé y contra mis expectativas, los meseros fueron muy amables; uno de ellos (el capitán) bromeó un poco, pero nada ofensivo ni pasado de lanza. Entendieron que fueron los del estacionamiento los que nos dieron pie a hacer algo indebido, porque no había sido el único, sólo que fui el que llegó más tarde y no podían esperar más para iniciar el evento.
En fin... El caso es que, al darme cuenta que tendría que esperar y a sabiendas que me esperaban para comer como habíamos acordado, llamé a mi papá, que únicamente me dijo: "No me sorprende. Sólo a tí te pasan las cosas más inverosímiles." Chale...
Al llegar, había poco lugar en el estacionamiento. De hecho, no había lugar, salvo varios espacios que se encontraban debajo de una carpa. Me causó extrañeza. Un viene-viene me dijo que no había problema, pero a mí me generaba duda el notar que habiendo treinta lugares disponibles, sólo unos diez estaban ocupados. Le pregunté que a qué se debía la carpa, el joven dijo que no me preocupara. Le pregunté: "¿Seguro?". Él dijo que sí, que era por un evento ocurrido un día antes. Confié en él y me fui a mis clases.
Mi última clase termina a las dos de la tarde, pero yo fui a la biblioteca por un libro que necesitaba para una tarea, por lo que llegaría al estacionamiento como a las dos y media. ¡Oh sorpresa! En la carpa había un evento del STUNAM. Mesas por todas partes, gente en ellas comiendo y mi coche justamente en medio de aquel festejo. ¡No lo podía creer!
Me acerqué a los viene-viene, donde, por cierto, ya no estaba el que me había recibido. Les cuestioné. Me dijeron: "Ah, ¿es suyo ese? Hasta nos regañaron que por qué los dejamos, pero nosotros no." Yo dije: "¡Cómo no! Me lo dijo un compañero suyo de gorra verde, que no había problema al dejarlo ahí." Se desentendieron, me dijeron que fuera hablar con el capitán de meseros. Pero, ¿para qué? La gente estaba comiendo y ni modo que yo llegara poniendo una linda cara a decirles si me daban permiso. Me tuve que aguantar. Sufrí pensando en que la celebración pudiera extenderse muchas horas, pero recordé que CU lo cierran a las cuatro de la tarde los sábados. El festejo debería acabar a las cuatro a más tardar. Lo más prudente sería esperar. Así lo hice.
Esperé hasta que hubiera la menor cantidad de gente posible, pues moría de pena. Entre menos ojos inquisidores mejor. Regresé y contra mis expectativas, los meseros fueron muy amables; uno de ellos (el capitán) bromeó un poco, pero nada ofensivo ni pasado de lanza. Entendieron que fueron los del estacionamiento los que nos dieron pie a hacer algo indebido, porque no había sido el único, sólo que fui el que llegó más tarde y no podían esperar más para iniciar el evento.
En fin... El caso es que, al darme cuenta que tendría que esperar y a sabiendas que me esperaban para comer como habíamos acordado, llamé a mi papá, que únicamente me dijo: "No me sorprende. Sólo a tí te pasan las cosas más inverosímiles." Chale...
Cómo te va mi amor
La escuché recientemente y se la dedico a alguien en especial, con quien sé que nunca habrá algo más, pero es lo que muchas veces sentí y he sentido con respecto a ella. Sé que vienes y sé que sabrás que es para tí. Me da gusto que sé cómo te va.
Pandora, Cómo te va mi amor
Pandora, Cómo te va mi amor
septiembre 03, 2009
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