julio 30, 2007

Sueño

Tengo sueño... En estos momentos, sólo puedo soñar que sueño que tengo sueño. Y de la misma forma, sólo sé que sueño, cuando espero que un día sueñes conmigo y sueñes que sueñas y sueñas a mi lado. Ya mejor me duermo, para no soñar despierto. De otra forma, no podré ni siquiera soñar que sueño que sueñas que estás soñando a mi lado. Pensándolo bien, sólo sueño porque tengo sueño...

¿El orden de los factores no altera el producto?

Mamá chiquita


Chiquita mamá

julio 28, 2007

Un Monde Parfait

Qui ne voudrait pas un monde parfait? ¿Quién de nosotros no quisiera un mundo perfecto? Aún cuando asumo que cada quien tiene su particular idea de perfección, todos queremos vivir en un mundo personal, fascinante y auténticamente perfecto. Une petite fille, une tonalité parisienne et beaucoup de bonheur...

"Ce matin, j'imagine un dessin sans nuage
Avec quelques couleurs, comme vient mon pinceau
Du bleu, du roge, je me sens sage comme une..."

Avec nous: Ilona Mitrecey, Un Monde Parfait.

julio 27, 2007

Sobre política

El siempre difuso y sostenido en gran estima concepto de la política...

La vocación del político de carrera es hacer de cada solución un problema.
Woody Allen (1935) Actor, director y escritor estadounidense.

El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene; y de explicar después por qué fue que no ocurrió lo que el predijo.
Winston Churchill (1874-1965) Político británico.

La política es el arte de obtener el dinero de los ricos y el voto de los pobres con el pretexto de proteger a los unos de los otros.
Anónimo.

La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.
Groucho Marx (1890-1977) Actor estadounidense.

¡Qué barbaridad! ¡Obesidad contagiosa!

¡A bajar de peso! Sino valen para puro cacahuate mis horas invertidas en el gimnasio, si tengo amig@s gord@s con l@s cuales conviva, jajaja.

Obesidad se extiende como epidemia, revela estudio

Médicos concluyeron que cuando una persona gana peso, sus amigos más cercanos y sus familiares también tienden a sumar algunos kilos de más.
Nueva York.- Un estudio científico realizado durante más de tres décadas reveló que la obesidad se extiende en la sociedad como una ‘epidemia’, como un virus que se contagia entre amigos y familiares, publicó The New England Journal of Medicine.
El singular estudio tiene como base un análisis detallado de una red social de 12 mil 67 personas que fueron monitoreadas durante 32 años, de 1971 a 2003, aseguró la publicación en su más reciente edición.
Los investigadores sabían quiénes de estas personas monitoreadas eran amigos, vecinos o familiares y a lo largo de todo este tiempo y durante varias ocasiones se registró su peso.
Tras comparar los resultados, los médicos concluyeron que cuando una persona gana peso, sus amigos más cercanos y sus familiares también tienden a sumar algunos kilos de más.
Este factor social tendría una mayor importancia en el desarrollo de la obesidad que la genética. Así, el Journal of Medicine estableció que cuando alguien se convierte en obeso, sus amigos tienen 57 por ciento más de posibilidades de ser obesos también.
La mayor influencia de todas es cuando se trata de un amigo íntimo, que es cuando el porcentaje llega hasta 171 puntos, además, según el estudio, no importa si los amigos viven a cientos de kilómetros de distancia, pues la influencia sigue, están ahí.
Por otra parte, no hay un vínculo directo cuando se trata de vecinos, mientras que la influencia de los familiares para convertirse en obeso (40 por ciento más de posibilidades) es menor que la de los amigos.
La razón principal es que la amistad influye en la percepción que se tiene de la obesidad, afirmó el médico y profesor de Sociología Clínica en la Escuela de Medicina de Harvard y uno de los autores del estudio, Nicholas Christakis.
Explicó que cuando alguien se convierte en obeso, la obesidad deja de ser mal vista por sus amigos.
‘Uno cambia su percepción de lo que es un cuerpo aceptable mirando a la gente que tiene alrededor’, dijo Christakis, tras subrayar que este estudio es ‘único’ porque examina una red social en conjunto, no caso por caso.
De ser ciertos sus resultados, el estudio podría servir para desarrollar nuevas técnicas y fórmulas para luchar contra la obesidad, un problema que afecta a las sociedades modernas y que estarían basadas en este componente social.
La investigación aseguró que esta tendencia también se aprecia cuando se pierde peso, pero precisó que su relevancia es menor, pues durante las tres pasadas décadas las sociedades, en su conjunto, han subido de peso.


Notimex

julio 25, 2007

Triste

Sentado en la gran roca aquella, sintiendo la brisa fría del lago en mi cara e intentando ver a través de la neblina matutina, estaba yo triste y nostálgico. Estaba solo desde hace meses en aquella vieja cabaña, la cual fue heredada de no sé quién. Había decidido alejarme de todo barullo, de toda distracción innecesaria, para realizar esa tan anhelada introspección. De cualquier forma, nunca fui una persona con muchos amigos. A decir verdad, no creo tener amigos. Desde luego, hay gente que me cae bien, hay personas hacia las que siento empatía, hay otros tantos con los cuales comparto momentos de vida. Sin embargo, amigos, lo que se dice amigos, no tengo. Así que alejarme de mi ajetreada vida en la ciudad, donde a nadie le importaba, fue una opción clara para mí. Es más, no podría dejar de pensar que, en la ciudad, incluso ni a mí me importaba yo mismo. Así que, al llegar a la vieja cabaña, la ganancia primera fue recobrar la importancia para mí mismo. Era yo y nada más. De repente, un par de meses atrás, tuve que ir a la tienda de abarrotes y fue mi único contacto con el mundo exterior. Supe que no había noticias de gran relevancia en el "mundo real". Regresé a la vieja cabaña con mi añeja nostalgia y mi desgano por la vida.
Hoy decidí levantarme temprano para caminar y pensar. He estado pensando todo este tiempo. ¿Qué más podría hacer? Pero esta vez, de alguna manera, supuse que, saliendo a caminar desde muy temprano por la orilla del lago, algo diferente habría de ocurrir. No pasó nada... Aquí estoy, sentado en la gran roca, que queda a unos metros de la vieja cabaña, pensando en lo infortunado de mi vida. He recordado a todos y cada uno de mis parientes cercanos, sobre todo, a mamá y papá. ¿Qué dirían del fracaso en que se ha convertido mi vida con el paso de los años? Siempre tan orgullosos de mí y haciendo planes por mí, que nunca habría de llevar a cabo... Mis padres... Pensé, también, en aquel pastor alemán, que alguna vez tuve. Pensé en ocasiones "felices" dispersas a lo largo de mi vida. Mi hermano desaparecido seguro aún las tiene al lado de su familia. Reflexioné sobre el amor. ¿Qué era el amor? Según entiendo, nunca amé ni fui amado. En el sentido de hombre a mujer. Ni siquiera en el sentido de hombre a hombre. Chingao. Tanto tiempo perdido en trabajar, en vivir con desgano, en aparentar, en "seguir adelante", en ir conforme a los patrones establecidos, en desenvolverme, en crecer. ¿Y para qué? Al final, terminé en una pinche cabaña vieja, atestada de bichos, que hasta me da miedo, pero aquí estoy porque algún antiguo pariente me dejó semejante herencia. Y porque no tengo nada más en la vida. Me deshice de todo para venir acá a hacer mi canija introspección. Me ha servido para dos cosas: la primera, respirar aire fresco; la segunda, entender que tengo una pinche vida del carajo y ahondar en mi tristeza.
Me sumergí en el agua del lago.

Jerr. Julio 25, 2007.

Becoming Insane

shnsdncdinmckcjnjcnsixxINSANEdnsidjncicnkicnifjndfhsbnkmvmlvkmisdnbhINSANEusdhnuisndsjnjndnINSANEnfdinsijndjksvdnmkjvnmvkjndsjnjcvnsdjnvcINSANEuinfdjfnifdjnvdkjvnvjdndiINSANEjdindisjnsfijdndaifsnfinasjnsdhjndsndnjkmckmvlkmjckcjnvcnjcvINSANEnvfjsidnjndmfdmfdmdjndffdsji"#$%&/($%&/()$%&/()hsubdhndnINSANEeuinfjnsdisfdjnfdfjINSANEufnjinmfibsdbhddjs!"#$%&/()=)(/&%$"#$%&/())(/&%$#INSANEuifwsjundndsjndsifsdfndfnjnjsfdnjids?=)(#$%&/?=)(InSaNe)3456789876543334567yuhsuhnsjidsoiasjubdhsihujnmkFGHJ345678iNsAnE23456789gbhdjndhjnddjndissndijINSANE...

julio 23, 2007

Un fragmentito de Harry Potter

Finally, the truth. Lying with his face pressed into the dusty carpet of the office where he had once thought he was learning the secrets of victory, Harry understood at last that he was not supposed to survive. His job was to walk calmly into Death's welcoming arms. Along the way, he was to dispose of Voldemort's remaining links to life, so that when at last he flung himself across Voldemort's path, and did not raise a wand to defend himself, the end would be clean, and the job that ought to have been done in Godric's Hollow would be finished: Neither would live, neither could survive.

J. K. Rowling, Harry Potter and the Deathly Hallows.

julio 19, 2007

Fairytale gone bad

¿A quién no le ha tocado una "fairytale gone bad"? Bueno, pues he aquí una canción particularmente curiosa. Creo que hay poca conexión entre la letra y la música (una es tremendamente negativa y la otra es ligeramente positiva), sin embargo, algo mueve en las entrañas de su servidor.

Fairytale gone bad / Sunrise Avenue

This is the end you know
Lady, the plans we had went all wrong
We ain't nothing but fight and shout and tears

We got to a point I can't stand
I've had it to the limit; I can't be your man
I ain't more than a minute away from walking

We can't cry the pain away
We can't find a need to stay
I slowly realized there's nothing on our side

Out of my life, Out of my mind
Out of the tears we can't deny
We need to swallow all our pride
And leave this mess behind

Out of my head, Out of my bed
Out of the dreams we had, they're bad
Tell them it's me who made you sad
Tell them the fairytale gone bad

Another night and I bleed
They all make mistakes and so did we
But we did something we can never turn back right

Find a new one to fool
Leave and don't look back. I won't follow
We have nothing left. It's the end of our time

We can't cry the pain away
We can't find a need to stay
There's no more rabbits in my hat to make things right

Out of my life, Out of my mind
Out of the tears we can't deny
We need to swallow all our pride
And leave this mess behind
Out of my head, Out of my bed
Out of the dreams we had, they're bad
Tell them it's me who made you sad
Tell them the fairytale gone bad(x2)
Tell ‘em the fairytale gone bad(x2)

julio 17, 2007

Barbie Girl

Me he encontrado la siguiente maravilla en la red y, desde que lo vi, me di cuenta es una aportación digna del surrealismo mágico. Disfrútenlo: la versión clásica de Barbie Girl.



También, he aquí el original.

julio 12, 2007

El suicidio

Ahí estaba yo, recostado en la tina de baño con el cuchillo apuntando a mis venas de la muñeca derecha. Había pensado en algo muy clásico, elegante y artístico. Cortarme las venas y desangrarme a morir, aunque trillado, me pareció la mejor opción. Y así, me preparé mentalmente aquella fortuita mañana.

Estando en la tina, pensé en tí. En las tantas alegrías que me has traído a mi vida. En la sonrisa, que dibujaste en mi cara, aquella primera vez que hablé contigo. En la forma en que me haces sentir cuando estoy a tu lado. Pensé en que, cuando entraste a mi vida, todo empezó a permearse de felicidad. De alguna manera, siempre hemos sido compatibles pero complementarios. No sólo es llevarnos bien, sino que juntos nos hacemos mejores personas. Compartimos gustos e intereses, a distintos niveles, ciertamente. En las mismas cosas somos buenos, pero en ellas uno más que el otro; uno comparte su excelencia en algo con el otro y el otro, a su vez, comparte lo que le sobra. En fin, hemos tenido una relación en la que la felicidad no es lo que falte. Me encantan esos días que, al terminar una frase, nos quedamos callados, volteamos a vernos y reimos. En nuestros pensamientos completamos lo que queríamos decir y, al voltear y cruzar miradas, sabemos que el otro sabe, pensamos que el otro ya pensó lo que yo estoy pensando. Obvio, por eso reímos. ¿Es que estamos tan compenetrados para lograr esto? ¿Es que existen las susodichas "almas gemelas"? No sé. Sólo me he dejado llevar en este vórtice de sentimientos positivos y no quepo de dicha cada mañana, al reconocer en tí la alegría de mi vida.

Desde el primer día que me fuiste presentada, no ha pasado un sólo día sin que uno de mis pensamientos sea para tí. Y la verdad es que no escatimo al respecto. Definitivamente, lo hago con todo gusto, pues no es un favor, es casi una necesidad. Es un paliativo para un alma que alguna vez estuvo desesperada. Es una exigencia que me ayuda a ser mejor; reconocer en mí la posibilidad de querer a algo o alguien de la manera que lo hago contigo, me provoca una inmensa satisfacción y, también, un fuerte compromiso. Un compromiso autoimpuesto, felizmente autoimpuesto. Ser mejor cada día, dar lo mejor de mí, crecer como persona, enredarme en asuntos amorosos y sujetarme al impredecible destino. ¡Qué maravilla! ¡Has logrado darme motivos de nuevo! Entonces, ¿qué hago con este cuchillo a milímetros de mis venas? ¿Qué hago intentando zafarme de la felicidad que fluye por ellas, gracias a tí? Al final de cuentas, quererte, como lo hago, ya es un acto eminentemente suicida.

Sabes que es pa' tí.
Jerr. Julio 12, 2007.

julio 09, 2007

Un fragmentito de Rebelión en la Granja

Pero no habían dado veinte pasos cuando se pararon bruscamente. Un enorme alboroto de voces venía desde la casa. Regresaron corriendo y miraron nuevamente por la ventana. Sí, se estaba desarrollando una violenta discusión: gritos, golpes sobre la mesa, miradas penetrantes y desconfiadas, negativas furiosas. El origen del conflicto parecía ser que tanto Napoleón como el señor Pilkington habían descubierto simultáneamente un as de espadas cada uno.
Doce voces gritaban enfurecidas, y eran todas iguales. No había duda de la transformación ocurrida en las caras de los cerdos. Los animales asombrados, pasaron su mirada del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo; y, nuevamente, del cerdo al hombre; pero ya era imposible distinguir quién era uno y quién era otro.

George Orwell, Rebelión en la Granja.

julio 06, 2007

Confusiones

¡Ah canijas confusiones! ¿Por qué motivo no podemos ser claros en nuestras ideas de la vida? ¿Por qué tenemos que darle tantas vueltas a los asuntos? O, como dijera mi abuela, ¿para qué buscarle tres pies al gato? Así somos los seres humanos. Nomás nos dicen negro y tenemos que ir pensando en la diversa variedad de matices de gris, el cual, por mera definición, no es negro, pero andamos buscando el gris que más le atine. ¡Pues si el negro es negro!

La confusión podría considerarse inherente a la vida incierta en la que nos desenvolvemos. Obvio es que, si nada es seguro, pensemos que estamos confundidos gran parte de nuestras vidas. Pero luego, cuando las cosas son tan sencillas, pero tan sencillas, nos complicamos la vida misma, la que ya de por sí es compleja. Por un lado, es un universo incierto. Por otro lado, tenemos la inminente necesidad de coexistir (lo cual implica la necesidad de tolerar al otro, convivir con él y, cuando la cosa se pone ruda, hasta involucrarte). Finalmente, somos individuos (con sus respectivos pros y contras; egoísmo y libertad, ambición y reflexión, entre otras). Así las cosas, pareciera que no tiene caso alguno tomar partido por nada, porque luego va a salir a flote la "necesidad" de confundirnos. Por lo pronto, seguiré asumiendo bandos, planteándome proyectos y tomando decisiones. Total, al final del día, habrá alguna confusión que me haga volver a reflexionar al respecto.

Jerr. Julio 6, 2007.

julio 02, 2007

Eso de la adultez

Apenas hace unos cuantos años veía muy lejos eso de la adultez. Vivía mi vida sin preocupaciones, siempre al día, siempre divertido, siempre "valemadres". Veía lejos el momento de asumir responsabilidades. Evidentemente, existían las obligaciones (me parece que éstas inician a muy temprana edad, aunque no sean tan exigentes como las del adulto, pero las hay; la diferencia estriba en las obligaciones con enorme carga de responsabilidad). En fin, hoy por hoy las cosas son complicadas.
Extraño los días simples. Extraño aquellos días en los que podía levantarme sin una sola preocupación en la cabeza, aquellos días en los que podía salir a la calle pensando: "¿Qué voy a hacer el día de hoy?" Hoy no hay preguntas, hoy hay afirmaciones: "Tengo que hacer esto, tengo que llamar a tal, a la 1 al gym, tengo que ir a la reunión de las 6, tengo que escribir esto y aquello, antes debo visitar a éste, pero antes quizás me conecte un rato a revisar pendientes, despejarme un poco y ordenar mi mente, debo hablar para confirmar la conferencia de pasado mañana, en la noche voy con tal..." Extraño los días simples y las ideas vacías de compromiso. Extraño la irreverencia y el desmadre. Pienso que, a veces, puedo rescatar algunos de esos momentos, pero ahora debo pensar no sólo en mí, sino que mis decisiones inevitablemente implican a terceros. Siempre amé la política y ahora que la vivo es difícil entender por qué debo siempre cuidar lo que digo, pensar dos veces la frase que podría ser espontánea, cuidar con quién me siento a tomar un café o con quién me detengo a hablar por más de cinco minutos. Es preocupante saber que mis decisiones profesionales, buenas o malas, implican consecuencias para muchas personas más de las que suelo imaginar. También me preocupa ya no aguantar la fiesta hasta la mañana del día siguiente; encontrar que a las dos de la madrugada estoy casi muerto y quiero volver a mi camita.
Creo que uno de los grandes saltos para llegar a la adultez (lo cual no necesariamente implica llegar a la madurez, ojo) es la llegada a la universidad. La que sea, son detalles, aún cuando haya detalles verdaderamente significativos. A partir de ese momento se captan nuevos horizontes en el campo de la responsabilidad. Ya no es sólo ir a la escuelita y pachanguear bastante, estudiar poco y salir bien librado. Ahora es tiempo de comprometerse con lo que uno va a hacer de por vida, en la mayoría de los casos. Es más, me atrevería a decir que la primera prueba de la adultez se da cuando uno toma la decisión sobre la carrera profesional que uno quiere. Bueno, todo entra en el paquete llamado "universidad", pongámosle esa etiqueta. Y, por supuesto, uno de los mayores dramas (éste sí ya bien característico de la adultez) se da cuando uno va a terminar la carrera (momento actual de mi persona) y uno se plantea: "¿Qué sigue?"
Hace unos años desperté y me encontré con un sentimiento llamado amor. Desde entonces, gran parte de mi vida gira alrededor de ese sentimiento, de las relaciones consecuentes y del enfoque que hay que darle a éstas: las soluciones que se merecen, las desilusiones que provocan, el sufrimiento que lastima, los anhelos que inspiran, las enseñanzas que dejan. Y ahí voy, como todo ser humano, viviendo y amando. Así se resume todo esto. Uno llega a una etapa en la vida, en la cual pareciera que todo se remite a querer y ser querido. Siempre lo hemos sido y lo hemos hecho. Siempre uno se ha criado en un entorno relativo de amor, es decir, uno tiene gente cercana, como la familia o los amigos, en que el amor es un sentimiento latente. Sin embargo, uno busca engancharse en las relaciones de amor con personajes ajenos, sin vínculo cosanguíneo o afinidad fraternal alguna. Entiéndase que nos buscamos relaciones que implican a un par de personas -que incluso pueden no ser afines, pero que hay "química"- donde seguro saldremos muy raspados, pero ahí estamos. Y, entonces, todo se complica, porque la vida de uno ya no es sólo de uno (nunca lo es, pero lo dimensionamos hasta que encontramos una pareja sentimental), la vida propia ahora se entiende a partir de la vida del otro. Incluso hay ocasiones en que no se puede concebir la vida propia sin la existencia del otro. (Craso error, cabe decir.) Esto se da en los albores de la adultez. Cuando se asume como inherente a la vida misma, quizás y sólo quizás, se llega a la adultez, pero es dudoso que se resuelva jamás el problema del amor y su dimensión fundamental en la vida humana.
Así es la adultez, llena de complicaciones. Seguramente, por esto es la añoranza de la niñez. La simple niñez donde perder un juguete ya era un problemón, pero que se resolvía al descubrir una forma distinta de divertirse. Porque no había necesidad de las cosas, simple y sencillamente, para todo había opciones. Hoy por hoy existen las opciones, la diferencia es que los adultos cerrados no podemos verlas. De hecho, lo más complicado de la vida del adulto son las opciones. En primer lugar, buscamos las opciones (sobre lo que sea). Después, cuando las encontramos, tardamos días, meses, años, hasta décadas, en decidirnos por una de las opciones. Y, al final, cuando elegimos una, constantemente estamos evaluando si fue la decisión correctar elegir esa opción. Cuando el día llega, paradójicamente, morimos y no se nos dan opciones. Ocurre y ya. Tontos adultos que no volteamos a ver a los pequeños infantes, tan simples y tan carentes de experiencia, que debemos guiarlos para que no cometan tonterías, pero, aunque en gran parte es cierto, perdemos la capacidad de entender que la niñez goza de la espontaneidad de asumir opciones sin tanta alharaca. Simplemente viven y dejan vivir. Sus enojos son de un día a lo mucho, no saben de rencor ni de venganza. Sus preocupaciones las dejan ir y no sufren, porque ¿cómo para qué?
En fin, eso de la adultez es complejo. Posiblemente, dadas las observaciones cotidianas, es tiempo de ir diciendo que esto de la adultez es bien complejo.
Jerr. Julio 2, 2007.

2 de julio, a un año

Por todos lados hablan de lo acontecido hace un año, con respecto a las elecciones presidenciales. No sé quien haya ganado; siempre he creído que es más factible que el ganador haya sido Felipe Calderón. Desde luego, es muy posible que haya habido compra de votos previo al sufragio de las personas, más no creo que hayan habido llenado de urnas o cosas por el estilo durante o después de los sufragios. Siempre he creído que AMLO tuvo inmensa cantidad de errores, que Calderón capitalizó. No creo que el IFE -aún cuando haya cometido errores y, quizás, favoritismos- haya orquestado o sido cómplice de un fraude. Obviamente, rechazo totalmente la idea de un fraude descomunal el 2 de julio de 2006. No es de mi agrado el gobierno panista, pero tampoco hubiera preferido un gobierno perredista, mucho menos encabezado por López Obrador. Tengo mi posición partidista firme y, no obstante, me parece que tampoco hubiera querido un gobierno de Madrazo... Me imagino que un profesor tiene razón cuando dijo que, en la pasada elección, tuvimos que decidir entre la sífilis, la malaria y la lepra...