octubre 25, 2009

Te encontré nuevamente

Te encontré nuevamente.

Te encontré nuevamente y no supe cómo reaccionar. Entendible si los demás supieran lo que vivimos juntos y la intensidad con que nos amamos. Hubo un tiempo en que te sentí en cada poro de mi piel y tus ojos iluminaban mis noches más oscuras. Hubo un tiempo en que la intensa sensación de fundirnos en uno solo era una exaltación palpable.

Dejó de serlo. Por lo que quieras, dejó de serlo. Sufrí; ahora sé que tú también. ¿Si te hubiera buscado antes? ¿Si tú lo hubieras permitido? Recuerdo que tú lo hiciste, pero yo no estuve de acuerdo con aceptar lo que no entendía y lo que aún me lastimaba. Después desapareciste para no volver a saber nada más de tí.

Hubieron días, tardes y noches en que soñé contigo. Te tocaba, acariciaba cada parte de tu cuerpo, te besaba hasta perderme en tí. Tú lo disfrutabas, te dejabas llevar, me tenías dentro de tu cuerpo y alma. La intensidad, que muchas veces nos pegó con la fuerza de un huracán, se desbordaba una vez más. Todo fue ficción. Despertaba de esos gratos sueños y otra vez yacía solo. Siempre solo. Busqué salidas fáciles. Busqué respuestas ajenas. Busqué sentimientos perdidos. Nada fue suficiente.

Un día recordaba tu sonrisa plena y otro pensaba en las pláticas amenas. A veces, cerraba los ojos, sentía el aire en mi cara y recordaba aquellos paseos al aire libre. Podía sentir tu mano estrechando la mía y podía escuchar tu voz susurrando lentamente un "te quiero". En alguna ocasión, sentado por ahí, yo solo, al sentir la humedad de un postre de coco en mis labios, percibí el grato sabor de los tuyos. Imaginé tenerlos nuevamente. Tuve un orgasmo. Eras dulce como ninguna. Graciosa como pocas. Determinada y voluntariosa. Inteligente. ¿Qué puedo decir? Estaba enamorado y con eso basta para idealizar a alguien.

Te amé, te amé profundamente. El sentimiento más puro que se ha posado en mi ser. La felicidad incontenible. La paz espiritual. El deseo desenfrenado. El placer conjunto. La eternidad a partir de tí.

Las cosas fueron como fueron y no queda nada que cuestionar. Perdí el calor de tus abrazos y se terminó el interesante delirio.

El otro día te encontré nuevamente. Sentí mi corazón latir más rápido y el desbordamiento de quien recibe lo inesperado. Tuve muchas respuestas a lo que me perturbó por mucho tiempo y que después decidí guardar en el profundo baúl de lo misterioso. Sin embargo, una respuesta siempre debe ser bien recibida, aunque los años la empolven y la manden al olvido. Desde entonces, disfruto de la serena alegría de haberte recuperado aunque sea un poco. De tenerte aunque no sea físicamente. Una plática contigo me da paz. Es una cuestión idílica. Es algo que, de alguna forma, esperé.

Te encontré nuevamente.

Para N.
Octubre 25, 2009.

octubre 19, 2009

Celos

Jajaja. Mi asistente se pone como loco cuando la oye y el chofer le dice gay, peeerooo a mí me parece buena. No para bailarla, pero sí está bien. Escuchadla en versión remix.

Fanny Lu, Celos

octubre 11, 2009

Esta mujer ME ENCANTA


Karlita de Jeans. Yomi.

Y se acabó...


Adiós LyFC.