mayo 30, 2008

Voces

Voces retumban en mi mente por un rato. Después, mientras soñaba profundamente, las voces se apagaron y seguí perdido en mi letargo somnoliento.

Como siempre, en el camino, observando. Como siempre, en el destino, alguien llorando. Hace tiempo que no lloro, la última vez que lo hice, fue la más amarga y profunda. La que no he podido sanar, la que me enseñó a no volver a llorar así, la que se acabó mi sentimiento. Ahora, a mi derecha, justo alguien así. No es de mi incumbencia. Las voces de nuevo llaman. Las voces que no se callan. Las voces que retumban en mi mente por un rato. Ahora no se callan. ¿Qué pasa? Las reconozco y las siento parte de mí. Las acaricio, las hago mías; me pertenecen tanto como mi vida misma. Me sujeto a ellas y ellas a mí. Las voces del triunfo y la gloria.

Tomé el autobús a casa. El mismo de siempre. Las voces nunca me dejarán solo. Me acompañan y, sin callar, se revuelven entre la demás gente, que ilusamente no las entienden, no las pretenden, no las escuchan. Me lastiman, de repente, pero es por mi bien. Mis únicas amigas y mi intensidad corpórea en ellas y para ellas. Las voces del infinito sugiriendo a mi alma las bajezas más simples y las metas más altas. Las voces de la secrecía advirtiendo de peligros y lanzándome a la aventura. No son siempre las mismas, pero sí están siempre presentes.

Al primer estallido, me sujeté con fuerza al asiento de mi oficina. Las voces me calmaron.

No hacen falta revelaciones ni alusiones; el magnífico compromiso nos ha dominado. Un control inmenso y el poder único del que se sabe superior. Mis amigos han empezado a temer por mi comportamiento errático, pero les aseguro que lo único errático es su presencia elusiva. Mis amigos, las voces, me retienen delicadamente. Mi ausencia no es su mejor opción.

Ayer, llorando nuevamente, tras años de no hacerlo, me acerqué a tu cara y la besé. Reencontrando la pasión que sólo desata el amor verdadero, perdí a las voces. ¿Dónde estaban? Cayendo en cuenta de ello, solté tu mano. Me llevé las manos a las cabezas. Las voces ya no estaban. ¿Por qué? Corrí y corrí, pero eso no las regresó. Y, desde entonces, las he buscado, pero el silencio de mis amigos me ha ensombrecido el destino. Con ellas se fue la esperanza. Cada vez más lejos, observaste mi desgracia. Un día, el más silencioso de todos, las voces soltaron destellos de luz por el cielo. Lloré de la emoción, mas no las vi de nuevo. Ahora ya sé lo que quiero. Me quedé en el silencio más absoluto que cualquiera podría. El silencio de las voces sería mi silencio. Y seguramente las reencontraré en la eternidad. En silencio y hasta la inanición, me fui a buscarlas.

Jerr. Mayo 30, 2008.

Mecano

Mecano rompió paradigmas y marcó una generación. Creo que no queda duda de ello. Aquí algunas de sus mejores canciones.

He de decir que me recuerda a mi antiguo querer, no-sé-si-todavía-itamita y prácticante del tae-kwon-do, Martha Patricia Crespo, pues con ella fui a ver Hoy no me puedo levantar. Esta obra es malísima en su guión: la historia está excesivamente forzada para la integración de las canciones del susodicho grupo español. La música es insuperable, pero sería lo mismo escucharlas de forma independiente a una historia. Claro, la obra se la lleva mi querido amigo, cudequito y gran actor musical, Rogelio Suárez, en su papel del "Chakas". Volviendo a Mecano, aquí las canciones. Canciones que marcan cañón.

(Evidentemente, mi intención inicial no fue hablar de Mecano, y dejar que su música hable por ellos. De ahí la desviación a propósito.)

Mecano, Me cuesta tanto olvidarte


Mecano, Hijo de la luna


Mecano, La fuerza del destino

Cine, política y sociedad

En este momento, veo el programa de mi correligionario y señor padre de gran amiga, Fausto Zapata, Diálogos Políticos. (Pueden visitar su blog aquí.) Me sorprendió el abordamiento del tema cinematográfico en él. Sin embargo, me interesó. Además, logró cambiar mi percepción de Issa López. Como pueden ver en mis "Calis de las Pelis", mi opinión de ella, como cineasta, no es la mejor. De hecho, Efectos Secundarios me parece regular; Casi Divas me parece pésima. Se salva el guión de Niñas Mal. Pienso que Don Fausto hace mucho por darle un lugar innecesario, pues su "cine social" no trasciende, en mi opinión. Por supuesto que subyace la crítica social en sus películas, pero es opacada por otras ideas, expectativas y sumisiones. Su cine aspira a mucho, pero se queda corto.

La cosa es que, al observarla interactuar con un hombre inteligente, Issa López no se achica y contesta, participa e interactúa. Mis prejuicios me impedían creerla capaz de éso. Pésimo, lo sé. Afortunadamente, el programa de Don Fausto, que transcurre en estos instantes, me mostró a una mujer inteligente. El problema, pienso, es que no la utiliza para su cine, porque al compararla con el otro "cine social" se queda corta y su crítica es simple. Aunque ella explica que le da un matiz distinto al engorroso "nuevo cine mexicano" (el cual tiene críticas más profundas, pero también más agobiantes), no me queda el buen sabor de boca del amargo criterio de otras obras, en las de Issa López. No obstante, aplaudo su inteligencia personal. Enseñanza: el trabajo de las personas no necesariamente refleja su capacidad e inteligencia. Raro, pero -ahora sé- posible.

mayo 26, 2008

Recuperar los valores

Últimamente he estado observando la falta de valores como algo preocupante. Tenemos que recobrar la moral como un parámetro de conciencia, un parámetro de convivencia, un parámetro de vida. No me refiero, desde luego, a una moral hipocritona del siglo XIX. Sencillamente, me refiero a la moral, como un patrón de entendimiento ético y sustento activo. Recobrar los valores que nos hicieron fácil y llevadera la existencia en coexistencia debe ser un asunto primordial de este inicio de siglo.

Básicamente hablo de recuperar un grupo importante de valores: el respeto, el compromiso, la fe, la decencia (entendida como una integración social a partir del apoyo al prójimo y el entendimiento con éste). Entiendo que sino hay respeto no puede haber diálogo y, con ello, la necesaria comunicación, que nos hace sociedad, se colapsa. Se pierde el respeto a uno mismo y a los demás, en sus distintas expresiones. Una expresión o posición no debiera ser juzgada, mientras que no afecte a terceros y mientras no pretenda imponerse como única y, por ello, "verdadera". El compromiso se ha perdido en todos los aspectos. Carecemos de compromiso con lo que hacemos; no hay involucramiento fuertemente cimentado y la paciencia se ha agotado en muchos casos. Vivimos en un mundo donde la inmediatez es imperante y, por lo tanto, la desesperación al descubrir que las cosas no son fáciles afecta nuestras mismas relaciones interpersonales. Queremos resultados ya y nos olvidamos del esfuerzo como punto clave de toda superación, mantenimiento y vigencia. Ya no hay compromiso en las relaciones amorosas, porque no lo sustentamos en algo más elevado que el mero deseo carnal y el desenfreno sexual. Es más, lo dejamos en eso y no lo explayamos a lo que debiera ser, porque nos hemos dejado manipular por las observaciones simples que nos dicen "eso no tiene mayor importancia que una mera necesidad natural". La fe nos da un sustento ético basado en la creencia omnipresente que hay algo más allá. Algo más allá que se sale de toda posibilidad terrenal y a lo que nos atenemos en última instancia. Posiblemente, lo divino no sea tangible (incluso, llevado al extremo, puede que no sea, que no exista), pero bien que sirve para darnos un patrón al cual sujetarnos ante el dañino desenfreno. No por ello digo que nos cohibamos, pero sí que procuremos contenernos ante los excesos, los cuales no puede negarse siempre son malos y dañinos (simplemente, en términos físicos, para aquellos que entienden sólo lo tangible). Finalmente, ya no hay decencia, pues la integración social palidece ante un exacerbado individualismo, que nos hace creer que "primero debo pensar en mi bienestar". ¿Tú sales dañado? Eso no importa, porque yo estoy bien. Obviamente, con el tiempo, será evidente que si tú no estás bien, yo no puedo estar bien. Al final de cuentas, mientras las cosas sean como son, para nadie puede quedar duda que la existencia es coexistencia. No somos sino somos en función a otros, a algo externo, a alguna referencia ajena.

Para todo esto, para una existencia armoniosa, recuperar los valores lo es todo. No podemos permitirnos caer ante las minorías ruidosas que hablan de "liberarnos de toda atadura", al eliminar todo patrón moral y valor de nuestra vida. Precisamente, atarnos a esta serie de valores es "liberarnos". De otra forma, se carga con lastres que impiden el desarrollo humano integral: emocional, intelectual y físico. Sólo así: recuperando los valores.

Jerr. Mayo 26, 2008.

mayo 24, 2008

Un fragmentito de El Complot Mongol

Se llevó la mano a la mejilla, donde lo había besado Marta, cerca de la cicatriz. Y ora sí que le estoy al maje. Al puritito pendejo. ¿Y qué relajo es este que se traen? ¿De dónde han sabido que le estoy haciendo a la intriga internacional? Tal vez lo de Martita está mejor así. A mi edad ya es bueno tomar las cosas con calma para gozarlas, pero nunca lo he hecho. Y cómo estaba eso de que sólo tres hombres en México saben de este asunto; y conmigo ya somos cuatro; y luego el ruso; y el gringo; y los que les dieron sus órdenes al ruso y al gringo. Y los dos cuates que están en el Pontiac, pero ésos ya no saben nada. Y los chinos del Café Cantón. Y la policía de Mongolia Exterior. Y luego, ¿por qué me dieron a mí esta investigación? ¡Pinche investigación! Todavía ni empezamos en serio y ya van dos muertos. Muertos pinches, eso sí, que todavía no llegamos a los cadáveres. Y Martita muy seria, viéndolo todo. Como si estuviera acostumbrada. Y escogió esta noche para venirse conmigo. ¿No me estará jugando de a feo? Y yo, en lugar de aprovecharme, le hago a la novela Palmolive. ¡Pinche novela! Y también haciéndole a la intriga internacional. Como si no hubiera competencia. Ando en el equipo de Hitler y de Stalin y de Truman. ¿Y usted cómo anda en su cuenta de muertos? Pues yo a lo nacional, que es como decir a la antigüita. Ya ven que somos medio subdesarrollados. A pura bala. A veces creo que es cuestión de cantidad. Entre más muertos se hacen, menos le andan saliendo a uno en la noche. Los dos primeros como que me andan malhoreando. La viuda del finado Casimiro se me quedó pegada mucho tiempo. Lo mismo que el finado. Hay muertos que se vuelven pegajosos como melcocha. Y hay veces que hasta dan ganas de lavarse las manos. Y ora que me besó Martita, no quisiera ni tocarme la cara. ¡Pinche Martita! Para mí que me está jugando una chingadera. Como las he jugado yo tantas veces. Si no voy a conocerlas, si parece que las inventé yo mero. Pero toda esa gente que sabe del negocio no me gusta. Para andar en estos asuntos , hay que andar solo. [...] De memorias no vive nadie, sólo el que no ha hecho nada. ¡Pinches memorias! Van siendo como la cruda. Por eso los borrachos se vomitan, para no acordarse, y los que son nuevos se vomitan a su primer finado, como para echarlo fuera. Pero hay que ser borracho viejo, con su alcaseltzer dentro. Y ahí todo se nos va quedando y se van haciendo memorias con eso que se nos va quedando. Menos mal que no se nos queda todo. En especial de los tiempos de cuando uno es muchacho y es maje. A veces creo que ya no me acuerdo de cómo se llamaba la muchachona esa, Gabriela Cisneros. ¿Para qué acordarse del nombre de una mujer? Una mujer es como cualquier otra. Todas con agujerito. Gabriela Cisneros. Y yo de muchacho rogón y ella dando puerta. Y que nos cae don Romualdo Cisneros cuando la tenía en esa huerta en Yurécuaro. Ya casi la tenía en pelota. Y don Romualdo me hizo que me arrodillara ahí en la tierra y me bajara los pantalones y me dio de planazos con el machete. Allí, frente a Gabriela Cisneros. Y yo me puse a llorar y le dije que me quería casar con ella y don Romualdo me dio una patada en la boca. Y Gabriela Cisneros hacía como que llorara, pero se estaba riendo. Y no se tapaba las piernas. Y yo allí, llorando y con las nalgas de fuera, coloradas como si tuvieran vergüenza. Y don Romualdo dijo que él no quería por yerno al hijo de la Charanda. Así le decían a mi vieja. Al viejo nunca supe cómo le decían, porque nunca supe quién era. Unos años más tarde volví a Yurécuaro. Sería por el veintinueve o treinta, pero ya Romualdo Cisneros se había pelado para la capital y Gabriela se había fugado con un teniente que la dejó preñada en Santa Lucrecia o por allá. Sí, las cosas se le van quedando a uno dentro, sobre todo como ésa, cuando la deja uno a medias. Por eso no me gusta dejar las cosas a medias. Ni la intriga internacional ni este asunto de Martita. Y también se va aprendiendo a no contar las cosas. Hay cosas que no se cuentan o, por mejor decir, no hay cosas que se cuenten. Para no acabar como el compadre Zambrano, que lo mataron por hocicón. Sólo las viejas lo andan contando todo, por lo menos lo que quieren contar. Y por eso a las viejas hay que tomarlas una vez o dos y dejarlas. ¡Pinches viejas! Y para no andar contando cosas, lo mejor es olvidarlas. ¿Y si le cuento todo a Martita? Cuando tenía las nalgas coloradas de los planazos, como si tuvieran vergüenza. Cuando lo del compadre Zambrano. Más que contarle cosas, ya debería estar acostado con ella. ¡Pinche Martita! Capaz y se está riendo. Pero a lo mejor sale más suave así, con calma.

Rafael Bernal, El Complot Mongol.

mayo 20, 2008

Vidas paralelas

Dado que hoy, mi amiga cantante, Ximena Sariñana Rivera, me agregó al "cara de libro", honrémosla con la presencia de esta canción, que, por lo demás, me parece buena. Definitivamente, Ximena se ha tornado más comercial, como siempre ocurre con todo aquel que ose enfrentarse a la fama, pero sigue manteniendo la esencia. Por lo pronto, es la canción favorita del mes.

Aquí el video en vivo, en el Zinco Jazz Club.

Ximena Sariñana, Vidas paralelas

mayo 18, 2008

Lo que pasa alguna vez en la vida

Sí, a pesar de todo, me están leyendo en este momento. En realidad, no debería, pero las circunstancias malignas así lo decidieron. Y quiero escribir un poco en modo de catarsis.

Este sábado 17 de mayo prometía ser uno de los mejores días de mi vida. En cierto momento, sí lo fue. El caso es que empezó el Festival Xtremo, después de muchos desordenes de organización (empezando por el repentino "cambio de sede", de la Marquesa al Ajusco). En realidad, los grupos estaban más bien X, pero había dos que bien valían la pena de comprar el boleto e irse a dar una vuelta por la naturaleza: Moby y Underworld, en ese orden. Empecé a dudar en asistir cuando vi los serios desordenes, como la falta de horarios, el cambio de sede, no habían contactos para el evento. En fin, cosas por el estilo. Finalmente, mi amor por Moby me hizo ceder. Debo decir que el evento estuvo muy mal. Tardamos en salir, por el motivo de siempre: las mujeres y sus inexpicables tiempos. Pero eso es arroz de otro costal. Llegamos al lugar a las 6 p.m. habiendo salido a las 3 p.m. ¿El motivo? Mintieron con respecto a la ubicación. Mientras que su mapita mostraba que el evento sería "ahí a la vueltecita" del Blvd. Camino Picacho-Ajusco, terminamos tomando una carretera (esa sí, en perfectas condiciones) hasta el municipio de Xalatlaco, Estado de México. De haber sabido, hubiera tomado el camino más accesible por tierras mexiquenses. Llegamos y había que tomar miles de caminos de terracería, para finalmente dejar el coche a cientos de metros de distancia de los escenarios. Ok. Decidimos que andar cargando la casa de campaña no era la opción, así que, en cuanto supiéramos qué onda con todo, volveríamos por ellas. Hasta entonces, Carlos, Marce y Vania Covarrubias y su servidor íbamos relativamente felices, a excepción de un incidente con los boletos de los primeros tres, porque yo ya tenía el mío.

Al llegar, descubrimos un pésimo ambiente. Música mala y, como se iba haciendo costumbre, falta de organización interna. Lo único salvable hasta antes de la tragedia fue escuchar un grupo de covers de The Rolling Stones y a Ganja, de lo poco que conocía en el escenario de reggae. En fin, cenamos unas hamburguesas de pollo y unas chelitas. Carlos y yo emprendimos la odisea hasta el estacionamiento. Recogimos la ropa de las chicas, las mantas y cobijas, y la casa de campaña. Al regreso, unos individuos se nos acercaron argumentando que eran de seguridad y que nos moviéramos del camino por el que íbamos, porque no podíamos estar ahí. Le dije a Carlos que nos hiciéramos a un lado. Uno de estos monos me pidió ver mi pulsera del evento. Ahí pensé: "Estos weyes han de creer que andamos husmeando." Y que nos asaltan. Me quitaron mi amado celular N75, la cámara de fotos nueva (la que todos llegaron a amar en los últimos eventos) y dinero (afortunadamente, al pedirles que mínimo me dejaran mis documentos, lo hicieron). Entre lo demás, se robaron la ropa de Marcela y Vania, cobijas y mantas, la chamarra de Carlos y su pureza y dignidad (¡Ah no! Eso no). Nunca vi una pistola, aunque la mencionaron, pero sí sentí un cuchillo en mi cuello y cara. Yo, desde el inicio, les dije que no había bronca, que les daba lo que traía, ya que mi temor inicial fue un secuestro y no un asalto. Para desventaja mía, el ser grande les hace creer que me les voy a poner al tú por tú muy fácil. Evidentemente, no es el caso si tengo un cuchillo en la garganta en un paraje perdido del bosque mexiquense. Desde luego, sobre de mí se fueron dos, el joven y el de "la pistola". Sobre Carlos, el del cuchillo, pero, por alguna razón, en un momento se vinieron los tres sobre de mí. Dejando tirado y en shock a Carlitos. En fin.

Cuando reaccionamos, mi preocupación inicial fue por mis papás. Aunque siempre he puesto mis números por nombre (es decir, al número de casa no le pongo CASA sino lo tengo bajo el nombre de mi mamá) y aunque me dejaron mis documentos, se llevaron mi tarjeta del seguro de gastos médicos, tenían acceso a mis datos y podían buscar y yo que sé. Mi intención era llamar a mi casa para que supieran que estaba bien, por si les llamaban diciéndoles que estaba secuestrado o algo. Además de mi carencia de celular, en aquel lugar no había un ápice de señal, no había contacto con el mundo exterior. Fui por ayuda a la entrada. Nadie me peló. El jefe de seguridad se vio "preocupado", pero "no podía hacer nada". No tenían ni un sólo teléfono de emergencia, satelital o NEXTEL. ¿Cómo es posible? Cosas peores podrían pasar y no había nada para comunicarse con el mundo exterior: la última señal de celular la tuvimos a 5 o 6 kilómetros de ahí. Rápidamente pensé en los medios de comunicación. Ahí tampoco tenían nada de señal, pero un camarógrafo traía su NEXTEL y me lo prestó, logró salir la llamada y hablé con mi papá para que estuvieran tranquilos. Yo quería regresarme a la casa. En todo caso, ya no teníamos nada. (Por suerte, guardé las llaves de mi coche en la chamarra que traía debajo del impermeable, así que nunca las sintieron.) La bronca era que Vania estaba un poco histérica por lo sucedido y no quería regresarse en la noche en una carretera sola en medio de la nada. Y tenía razón en parte, pero no podíamos quedarnos. Los de 52MX nos ofrecieron irnos con ellos en caravana, pues sólo grabarían a Moby y en cuanto acabara y recogieran, como a las 2 a.m., saldrían hacía el DF. Aceptamos. Ahora el detalle era sacar el coche del estacionamiento a cientos de metros de distancia, para el cual había que subir un cerro plagado de asaltantes nocturnos.

Llegó un jefe de protección civil del municipio y levantó de los negocios de comida a las afueras del lugar a varios hombres para que emprendiéramos una "búsqueda" de los "rateros". Les describí a los tipos. Ellos aseguraban que no podían ser del lugar, pero era más que evidente que lo eran. Sobre todo, agradezco a la gente honesta de la zona, se "prendieron" a la mención de nuestro asalto. Agarraron hachas y machetes. Como dijo un buen hombre: "Aquí no aceptamos estas chingaderas, si 'orita los encontramos, les partimos su madre." Nunca los encontramos, pero nos escoltaron al estacionamiento. Dejamos nuestro coche donde los medios, para esperar irnos con ellos. Escuché a Moby y fue maravilloso, por más de una hora me hizo olvidar el trago amargo. En vivo es otra cosa. Al ser insiders del "backstage" pude estar muy cerca de él y me hice cuate de su staff, de los cuales sólo obtuve algunas fotos (con la cámara que sobrevivió al quedarse con las chicas) de Moby desde el mismo escenario, pero yo quería una foto con él. El Chico Regio, único mexicano en su staff, nos dijo que intentaría que posara conmigo para una foto, pero que sería difícil porque Moby había dado instrucciones de salir inmediatamente en cuanto terminara. No se me hizo, pero lo vi muy de cerca. Amé de nuevo la vida. Me quedé pensando en algo que me dijo el Chico Regio, mientras esperábamos que bajara Moby del escenario, junto a unos coladillos de la prensa hidrocálida: "Ni modo, amigo. Lo que te pasó, es algo que a todos nos pasa alguna vez en la vida." A mí nunca me habían asaltado, gracias a Dios. Nos fue bien, porque cómo dijo Carlitos, no les costaba nada hacernos algo más, al estar solos, en medio de la nada, sin comunicación y sin testigos. Lo material no importa, efectivamente. Más vale que salimos para contarlo. Con algunos rasguños y golpecillos, pero estoy bien. Da mucho coraje perder tus cosas, sí, pero se reponen eventualmente. Lo que me parece triste es que hayamos llegado al punto en que ya es algo "obligado" ser asaltado, o sea, como dijo Regio, "es algo que pasa alguna vez en el vida". Eso no me gusta. Aceptamos y concedemos. No sé si sea lo mejor tomar la justicia por propia mano, pero la valentía de los lugareños al intentar enfrentarlos para evitar que se propague en aquellas zonas algo que no admiten, te deja pensando en que el involucramiento con los problemas que nos afectan es más que importante.

Abiertamente, desprecio totalmente la falta de atención de los organizadores del evento, la pésima organización y todo lo que ello conlleva. El estacionamiento debería estar más cerca y deben tener más elementos de seguridad si es que lo ponen tan lejos, para que patrullen. De entrada, no debería ser en un lugar donde no se tenga comunicación con el mundo; implica serios problemas. Además, las condiciones del evento en términos artístico-culturales dejan demasiado que desear. La infraestructura y logística estuvieron muy mal, dejando de lado lo que me pasó. Si escuchan Festival Xtremo es sinónimo de pésima calidad y la verdad es que no estuvo nada barato como para justificarlo. No lo recomiendo.

De lo bueno, me quedo con la hora y cachito de Moby. Oir Extreme Ways, Beautiful y Porcelain en vivo, no tiene precio. Por algo es el Dios de la Música. Vania y Carlos, que no eran fans, se convirtieron. Me hice amigo de un jefe de protección civil de Xalatlaco, de un grupo de excelentes xalatlaquenses, de camarógrafos y gente de producción de 52MX, de un fotógrafo y un periodista de Aguascalientes y de algunos del staff de Moby. Lo demás, regresará. Lo importante es que yo regresé a casa.

IMPORTANTE P.D.: Daños colaterales: Los teléfonos de mis amigos y familiares estaban en ese celular, dado que es el privado. Cuidado con llamadas misteriosas. Lo dudo, porque eran "raterillos de pueblo", pero más vale. Por el momento, me pueden encontrar en el número público, dado que mi número privado ya está cancelado, es decir, el de terminación 92. Si pueden reenvíenme sus números por mail o mensaje a mi celular público, al de la chamba y política, porque los números actualizados de varios de ustedes sólo los tenía en el que me robaron.

mayo 15, 2008

Premonitions

I've been having premonitions...
Premonitions of an eternal life never fullfiled...
Premonitions of a broken love...
Premonitions of polluted air and relative agreement...
I've been losing myself and I haven't done anything. Because I like being lost, I want to be found.
My ambition, my resignation, my stupidity, my compromise. All those things and my soul: Alone as a cloud in the middle of the desert.
I've been having premonitions.
Clear premonitions.
Premonitions of life and death.
Premonitions of ambigüity and resolution.
Premonitions of understandable anger.
My time has come for changing the tide. My expectations are holding my spirit. Whatever that means, I've taken this shot. Destiny's mine. Destiny's nothing.
I've been having premonitions, you'll never know, but I decide when they become reality.
I've been having premonitions. Beware. You're there.

Jerr. May 15th, 2008.

¿Feliz día del Maestro?


¡Ay caray! ¡Qué miedo! ¿¡Qué festejamos?!

mayo 11, 2008

Esas canciones que necesitan dedicarse

Believe it or not. I do have feelings...

La escuché hace poco y me mueve sentimientos. Buen hit de los 1990s. También, debo decir, me pone relativamente de buenas. Se la quiero dedicar a alguien, pero la publicidad no es algo bueno en nuestros días. Low profile then: You really know it's for you and besides everything I must say "I Love You Always Forever"...

Donna Lewis, I Love You Always Forever

mayo 09, 2008

Considerando que el tiempo ha pasado

Ayer, mientras festejábamos en el Bulldog Café, me cayó el veinte de que ya estamos viejos, chavos. Hagamos un recuento: Memi Ysusi no fue porque se sentía "malito" (¿Qué mayor prueba de su vejez?); Isa Zapata menos fue porque tenía que entregar trabajo; Diegui Ríos-Zertuche Ríos-Zertuche tenía una "junta de trabajo" del IMSS en Cuerna; BB Ssserch sabrá Dios dónde se habrá metido; Angie Lofer y BB Carlos tenían trabajo presidencial al siguiente día; Mafer Morineau debía espiar; Ernie Alonsie tenía algo de un seminario; Yo Merito debía hacer malabares entre las múltiples actividades de un pollster-y-político-local; luego se nos unieron Claudia y Ale Lauterio, quienes, a su vez, tenían chamba al siguiente día. Así que, en los anteriores bulldogueos, prácticamente nos corrían del susodicho antro, por ahí de las 5 a.m. (Recordemos que, en el pasado evento, además de terminar "estrenando" mi entonces nuevo vehículo a las afueras del "hogar quevedesco", BB Lofer y Yo dormimos sólo un par de horas para después llegar a la clase de Comunicación Política; BB Carlos, desde luego, quedóse -cual dice, Lofer- dormido como querubín.) En fin, ayer todos, pero TODOS, no pudimos más a las 2:30 a.m., y con el pretexto de las "labores" huímos cual monigotes wannabes sin un quinto en la bolsa. (Lo cual, desde luego, no es nuestro caso. Digo, somos la élite del país: somos itamitas.)

El caso es que me puse a pensar seriamente en cómo pasa el tiempo y lo difícil que se hace, al ser los jóvenes más exitosos de nuestra generación, compaginar la fiesta con nuestras obligaciones laborales. Claro, hay de condiciones a condiciones, mientras que los itamitas burócratas son casi esclavizados, con horas de entrada terribles como las 7-8 a.m., su servidor es feliz en la iniciativa privada, donde mi horario de ejecutivo me otorga la maravillosa concesión de llegar a las 10 a.m. al recinto laboral. (Risa burlona.) En fin, ese no es el punto sino pensar en lo difícil que se ha vuelto encontrarnos, reencontrarnos, disfrutarnos y festejarnos dadas las condiciones siempre evolutivas de la vida natural de exitosos profesionistas. Por un lado, debemos sentirnos orgullosos, porque el joven mexicano promedio recién egresado no consigue trabajo tan pronto y en tan favorables condiciones, como lo hemos hecho. Sin embargo, pensando menos sociotrópicamente, es horrible saber que disponemos de menos tiempo y ganas para fomentar el ocio y la recreación común entre la otrora imparable Orden del Dragón.

Ya sé que sus deseos indomables por fotos del evento bulldoguesco-itamita están a flor de piel. Recurran al "Cara de Libro" o al Hi5 de su servidor. Hélas ahí.

Queridos míos, opinad.

mayo 07, 2008

Homenajeando a los grandes personajes

Esta vez es el turno de una señorona representativa de la música y cultura pop mexicanas: Chavela Vargas. Aunque nació en Costa Rica, es de nacionalidad mexicana y ha sabido llevar en toda su expresión la música ranchera. Chavela suele cantar canciones normalmente interpretadas por hombres sobre su deseo por las mujeres. En el 2000, confesó ser lesbiana. Detalle, seguramente, insignificante, dados sus tamaños artísticos. En la película Frida, protagonizada por Salma Hayek, entonó soberbiamente con su voz aguardentosa la canción "La Llorona". Desde aquí, un homenaje a la grande Chavela Vargas.

mayo 04, 2008

El taciturno y su valentía inobjetable

A veces se requiere de mucha valentía. De hecho, la vida está hecha para ello: sacrificar, luchar y perseverar. Pero no necesariamente me refiero a la valentía para vivir, la valentía cotidiana. No me refiero a esa. Me refiero a la valentía interna. La valentía que ayuda a hacer lo correcto cuando lo correcto es difícil de realizar. La valentía para admitir errores; cuando más perdido he estado, me he encontrado con que la valentía escasea. La valentía para juzgarse a uno mismo, la valentía para resignarse, la valentía para repensarse en el cambiante mundo. No sé si todo venga en el mismo paquete, pero creo sinceramente que se reduce a la palabra "valentía".

Ayer tomé rumbo claro: aquel prometido y nunca realizado viaje fue mi objetivo. Llegué y sentí el fresco aire en la cara, pensé en las mil opciones y descubrí justo la idónea. Extrañé tenerte ahí, pero fui valiente para admitir que ya no estás. La valentía requiere de la fuerza de voluntad de la que carece el mediocre. Asumí, entonces, que debía emprender una cruzada contra mí mismo, contras mis profundos miedos y mis aborrecibles defectos. ¿Ganaré? Es posible que me lleve la vida entera en ello, pero valentía no me hará falta. Encararé el destino como lo hice en vidas pasadas. Algunas veces opté por claudicar, algunas otras quedé tablas. Hoy voy por todo, pues no tengo nada que perder. Tengo valentía, en todo caso. Valentía para aceptar lo que está mal y remediarlo. Valentía para forzar un acuerdo justo entre el mundo y yo. Valentía para cambiar lo que debe cambiarse.

Me importa saber si crees que soy valiente, pero me importa más saber que soy valiente al no buscarte para saber si lo crees. El taciturno tiene una valentía inobjetable: la del pensamiento adusto que se pierde al atardecer.

Para ese atardecer.
Jerr. Mayo 4, 2008.

mayo 01, 2008

Oh! Look at this: Groove Armada!

Llegó mayo y con él un gran proyecto musical llamado Groove Armada. Este dúo de DJs ingleses surgió en los 1990s. Han experimentado con varios géneros aunado al infaltable toque electrónico. De hecho, ése es el chiste en su tendencia electrónica llamada big beat, donde se conectan los chemical breaks con jazz, rock o pop. En sí, es una vertiente (subgénero) de la electrónica muy interesante. Corriente de la que abrevan otros proyectos famosos como The Chemical Brothers y Fatboy Slim. Los dejo con dos clásicos del proyecto. ¡Feliz mayo! I've got some really good reasons to celebrate!

Groove Armada, My Friend



Groove Armada (Fatboy Slim remix), I see you baby