octubre 31, 2007

Una historia de terror... de la vida real.

La verdad sea dicha, sí creo en lo inexplicable y lo que está más allá de lo evidente. (Risa.) Como creo que siempre ocurre, hasta que no lo vives en carne propia, no lo empiezas a creer de verdad. Igual das el mentado "beneficio de la duda", pero hasta ahí. Bueno, tan sólo como un ejemplo (quizás innecesario, pero siempre hago este tipo de cosas; ya saben cómo soy), hubo un tiempo en que dudé con amplitud y renegué con vehemencia de la existencia de Dios. En parte por ser un fácil vulnerable a los dictados de una mujer (siempre pasa), en parte porque me sentía "Juan Camaney". Esto, ya muchos lo saben, me llevó a involucrarme con el panteísmo y, bueno, ocurrió que un día, de esos depresivos míos, estuve al borde de hacer una de mis tonterías (pero a la décima potencia) y pasó algo que en mi fuero interno no dejó lugar a dudas: Dios existe. Algún tipo de ser superior existe. Nada que todos somos en parte Dios ni nada de argumentos fáciles y chabacanos. En fin, la intención era mostrar que suele pasar lo siguiente: hasta que no vives algo en carne propia, no lo crees. Y es entendible pues, por lo regular, uno necesita de "pruebas" sobre las cosas. Posiblemente sea inherente a un mundo como el contemporáneo, pero eso ya es harina de otro costal.
Volveré al propósito inicial de este texto: hablar de una historia de terror de la vida real. Bueno no sé si sea verdaderamente "terrorífica", pero sé que entienden a lo que me refiero. Es decir, una historia sobre fantasmas y entes de lo paranormal. Unos tíos (hermanos de mi madre) viven en un fraccionamiento de los suburbios metropolitanos. Mi tío acostumbra coleccionar antigüedades, una afición en la que ha gastado "sus dineros" de solterón cincuentón. Ocurre que, así como dicen por ahí, en esa casa espantan. Yo tengo la impresión que el hecho de tener una casa atascada de antigüedades influye en esto, ya que me imagino que, se quiera o no, uno debe dejar algo de su energía en los objetos que poseyó. Entonces, debemos considerar que esa casa aglutina las viejas pertenencias de muchas personas, que vayamos a saber en qué condiciones "pasaron a mejor vida". Planteémoslo así: En esa casa pasan cosas inexplicables para el grueso de los más escépticos. Así, hubo un tiempo en que esa casa estaba más habitada que de costumbre. Hoy por hoy, viven una tía y un tío, que son hermanos, y un primo, que no es hijo de ninguno de los tíos que ahí viven. (Historias familiares mucho más intrincadas que cualquier novela de Televisa.) Les decía que por un tiempo ahí vivieron, además de los ya citados, otro tío con su esposa y su pequeño hijo. Y fue cuando todo se desató...
Basta. Esto está tomando tintes de "Cañitas". No, para nada. Aunque será algo largo, sólo haré un recuento de las distintas "cosas inexplicables" que ocurrieron en un período en específico, hace unos doce, diez años. Un día macabro las cosas se pusieron aún más raras. En la casa siempre habían habido ruidos extraños y sensaciones poco placenteras, eso que se le dice "pesadez" en el ambiente, pero nada más. Pareciera ser, por los recuentos familiares, que todo empezó cuando llegaron mis tíos con su pequeño hijo a vivir a la casa. Quizás molestaba al fantasma que hubieran más habitantes o vayan ustedes a saber. Habían más ruidos, las cosas cambiaban de lugar, las cosas se rompían de repente. Todo empezó a subir de nivel, por decirlo de alguna forma. Hasta que una noche, estaban todos en sus cuartos, cuando tocaron a la puerta... ¡de todos los cuartos! Todos salieron y se miraron sorprendidos entre sí. Después pasó que un antiguo Pinocho hablaba con mi pequeño primo y le decía que hiciera travesuras. Se dio la orden de deshacerse de él, pero como siempre ocurre en estos casos, la estupidez se impuso y sólo lo guardaron. Un día, el Pinocho se apareció ineditamente en la cama de mi tío, el coleccionista y dueño de la casa. El Pinocho fue destruído. Otro día, la suegra del tío recién llegado estaba sola en la sala y vio pasar a un hombre de capa negra y sombrero negro. Pensando que era su yerno, le dijo a su hija que el "sangrón" había llegado ya, que venía disfrazado. Al buscarlo, nunca encontraron a nadie en la casa.
Los siguientes días el "ente" (o lo que fuera, pero lo llamaremos ente) se manifestó con mayor fuerza. La tía, que siempre vivió ahí, pudo ver como un hombre de las mismas características del visto por la suegra de mi tío, pasaba frente a ella. Algo imposible pues la ventana de la cocina da a un patio, que se encuentra seis metros hacia abajo de la ventana. Ya era cosa común ver pasar al ente por la casa, pero de una forma rara. Veían pasar las manos, el cabello, alguna parte del cuerpo, pero nunca lo veían pasar completo. Dicen que cuando estaban muy sugestionados veían más del cuerpo, pero llegó el día en que alguien sí lo vio completo. Esa tarde mi tío, el recién llegado, llegó cansado del trabajo, pero más cansado por las vivencias de la casa. Estaba ya muy asustado, bajó las escaleras hacia su recámara y en el pasillo pudo ver al ente. Completo. Mi tío se volteó para correr en las escaleras, pero dice "se le subió el muerto" que no lo dejó seguir y, según él, le sopló al oído un aire frío. Hoy es día que aún recuerda la experiencia fantasmal. Finalmente, un amiga de mis tías fue a visitar la casa. No había nadie en casa, más que la sirvienta. Para la muchacha del servicio no le resultaba problemático dejar entrar a la amiga, a quien ya conocía y sabía que era una amiga de todas las confianzas. La amiga se instaló en la pequeña sala de la recámara de mi tía a esperar. La muchacha siguió con sus labores. Un grito se oyó por la casa. Inexplicablemente, la amiga estaba siendo literalmente arrastrada ante la mirada inaudita de la sirvienta. La subieron por las escaleras y la dejaron en el patio principal. Las dos salieron huyendo de la casa. Al llegar mi tía, encontró la casa vacía con las puertas abiertas y se asustó. Buscó a la muchacha del servicio, al no encontrarla pensó lo peor. Imaginó que la muchacha había robado la casa, pero no, todo seguía intacto. Pasó mucho tiempo. Nunca volvió a saber de la muchacha. Se volvió a encontrar a su amiga en un centro comercial, quien le contó todo lo sucedido. Su amiga nunca ha querido regresar a la casa. Ante tanta cosa, hicieron una reunión familiar en la que se habló lo sucedido. Todas las mujeres de la familia de mi madre confesaron algo que les apenaba y nunca habían dicho. Todas habían soñado haber sido violadas, al quedarse en la casa. Para rematar, por un hombre de las características del que había estado apareciendo. Llamaron a un sacerdote para bendecir la casa. El sacerdote era muy viejo y no aguantó. Cuentan que el agua bendita prácticamente desaparecía al tocar el piso y el sacerdote tuvo que irse a los escasos minutos de empezar, porque no podía con la "pesadez" del ambiente. Los tíos recién llegados y el niño se fueron de la casa.
Dudo que haya sido un caso de psicosis colectiva. No son todas las historias las aquí contadas, sino las más relevantes. No creo que mi familia materna se hayan inventado todo esto para llamar la atención nada más. Ustedes podrán creerlo o no. Me constan algunos hechos "inexplicables", como un sillón que siempre ha decidido que los cojines deben estar como él quiere. Los acomodas, sales del cuarto, regresas en cinco minutos y ya están desacomodados. Investigaron y resultó que en las tres casas aledañas también ocurren "hechos inexplicables". Según esto, cuando se construyó el fraccionamiento, unos albañiles violaron y asesinaron a una joven. Esa es la "explicación" a lo inexplicable. Las cosas volvieron a la "normalidad" cuando los tíos huéspedes y su hijo se fueron de la casa. Los ruidos siguen. Se oyen voces. Ya no aparece el "ente". Mi tío sigue coleccionando antigüedades. La "pesadez" en el ambiente seguirá siendo la constante y el motivo para recordar que hay cosas que sencillamente no pueden explicarse.

octubre 28, 2007

Fotos desde el celular

Entre las diversiones que he hallado en mi nuevo aparato celular, se encuentra la posibilidad de tomar fotografías en todo momento con toda espontaneidad. Les dejo algunas.


Ciudad de México desde El Tenayo

Tlalnepantla desde El Tenayo

Amanecer en la ciudad

Frío de octubre

octubre 24, 2007

Top 100 DJs

Supongo que a muchos les debe valer un cacahuate el siguiente post, pero todo sea en aras de expander la cultura general, si es el caso de que les valga un cacahuate. Si les interesa, entonces servidos sean. Jajaja. Se han dado a conocer los resultados de DJMAG2007, aquí los resultados de los diez primeros lugares:

1
Armin Van Buuren - Finally. Five years after entering the Top 10 of our DJmag Top 100 DJs poll, Armin van Buuren has been crowned the World’s No.1 DJ.
2
Tiësto - After winning three years in a row before losing his crown to Paul van Dyk last year, Tiësto once again came close to lifting the No.1 title.
3
John Digweed - John Digweed is well accustomed to long journeys. That’s largely a function of his globetrotting lifestyle of course, something he’s more than happy to talk about when DJmag tracks him down at Dallas airport.
4
Paul Van Dyk - From the intense production involved in ‘In Between’ — the artist album he’s been perfecting for the last three years — to the high-energy live sets at the world’s biggest dance festivals, it’s been an exceedingly busy year for Paul van Dyk.
5
Sasha - It’s been a period of change for Sasha. One of the world’s most widely travelled DJs, he cut back on his club activities during the first half of the year to spend more time in his studio in New York.
6
Above & Beyond - Above & Beyond’s vault from innovative trance trio to globe-trotting DJ superstars is now complete.
7
Carl Cox - “Over the years, people have got used to labeling me a techno DJ,” reckons Carl Cox. “But I’ve been a drum & bass DJ, a house DJ, a hardcore DJ, a soul DJ — some called me a trance DJ in my F.A.C.T. days. I just try not to be pigeon-holed.”
8
Ferry Corsten - Architect, pioneer, instigator — refer to him anyway you want. Ferry was unquestionably the man behind 1999’s Great Dutch Trance Breakout, splitting the door wide open with ‘Out Of The Blue’, ‘Carte Blanche’ and ‘Gouryella’.
9
Infected Mushroom - Just two years after breaking into the Top 100 as one of the highest new entries in history, the boundary busting psy-trance overlords have finally smashed their way into the elusive number. Infected Mushroom — Amit ‘Duvdev’ Duvdevani and Erez Eizen — are Top 10 gunners at last.
10
David Guetta - Despite spinning from the age of 17 in various Parisian venues and now onto his third artist album, this was nevertheless the year that David Guetta really became a household name in house music.

Información tomada de http://djmag.com.

octubre 21, 2007

Ráfaga de colores

Aquella noche salí de casa apresurado. Apresurado con no sé qué. Sencillamente, apresurado. Por todo y por nada. La noche me cubría por todas partes. Sin decir absolutamente nada, solamente emprendí el camino de la vida. Cruzaba calles y calles. Caminaba por las banquetas. Saltaba obstáculos. Observaba. Mejor dicho, sólo veía. Nada importaba. Apresurado yo. Apresurado. Uno, dos. Vamos, hacia adelante, vamos. Una pareja ahí, en una de las ya innumerables banquetas. Ella sentada y él tirado en el piso. Los dos se abrazaban fuertemente y lloraban seguramente por algún incontable (e intragable) hecho del amor, o mejor aún, algún deshecho del amor. Ahí voy. Sigo mi camino. Uno, dos. Sin parar. Corro. Brinco. Un hombre oscuro, tan oscuro como la noche, me ve con inquietud. Él está solitario en un rincón de aquella interminable calle. Da vueltas y vueltas. Apresurado yo. Veo un bote de basura a mi lado, de esos grandes. Sin motivo alguno, salté sobre él. Tomé un impulso inusitado y emprendí el vuelo.

Ahí voy. Volando. Sintiendo la libertad plena. Estiro mis brazos y me dejo llevar por las corrientes de aire. Respiro profundamente. Siento la libertad plena. Observo a mi alrededor. Muchos techos de casas. Las incontables cosas que hay en aquellos techos: tinacos, chácharas, tendederos, basura, nada. Ahí voy yo: volando por mi entorno. Un pájaro me voltea a ver incrédulo e indignado. ¿Qué hacía yo invadiendo el territorio que ellos habían conquistado hace ya tanto? "It's disgusting", mi pensamiento espontáneo fue en inglés por alguna razón. Pateé tan fuerte como pude al pájaro y lo mandé a volar (curiosamente literal en esta ocasión). "Por egoísta, quisquilloso y mamón", me dije. Seguí con el vuelo. Por un momento, mientras paseaba por las colonias aledañas a mi casa, me sentí muy cansado. Me senté en un tupido árbol y la música de mi canción favorita llegaba a mis oídos. Entonces, tuve una idea.

Salí disparado a su casa. Volé hasta allá y me asomé por la ventana grande, que daba hacia la calle. La vi reunida con su familia, platicando con ellos, sentados alrededor de una mesa. Sonreí por mis tonterías. Luego pensé en mi mejor amigo. Me dirigí hacía allá. Volaba con una increíble habilidad, inconcebible por ser novato al respecto. Di piruetas, marometas y todo tipo de movimientos mientras cruzaba al aire. Vi a mi mejor amigo tirado en el sillón de su cuarto, viendo la televisión. Predecible. Volar me daba un gran poder. Fui a todas las casas de los que recordaba. Fui a ver a amigos, familiares y aquella amiga, la guapa, de la que siempre he estado enamorado. De repente, vi venir a lo lejos una ráfaga de colores. Me quedé esperándolos. Llegaron, me envolvieron, los sentí. El azul volteó a sonreírme, siempre queriendo quedar bien. El rojo me cubría y me hacía olvidar mis penas. El violeta me resultó aciago, pero el amarillo me hizo recordar los éxtasis más intensos.

Me sentí caer, me sentí perdido. Cuando estaba a punto de golpear el piso, logré retomar el vuelo pero ya no era tan potente como antes. Tuve que bajar en un parque cercano a mi casa. Un gato lamía sus partes y volteó a verme, le tuve miedo y salí corriendo. Mientras lo hacía, él me gritó: "¿Es que no tienes un cigarro que me regales?" Corrí, corrí, corrí. Pasé oscuros corredores, andadores, banquetas. Volví sobre mis pasos. La pareja de enamorados seguían en la misma posición en la que los dejé, sólo que ahora eran sólo esqueletos, ni siquiera cadáveres putrefactos. Ya sólo quedaban sus osamentas. Corrí. Intenté un par de brincos más, pero ya no logré alzar el vuelo. Llegué a mi casa. Entré jadeando y me fui directo a la cama. Me tumbé en ella y me hundí en el más pesado de los sueños. Las pastillas se habían acabado; el viaje había terminado; la ráfaga de colores jamás volvió.

Jerr. Octubre 21, 2007.

octubre 19, 2007

Happy Tree Friends

Encantador...amente inquietante. Muajajá.

Lalalalá lalalalá biribiriribí biribiriribí lalalalá lalalalá...



octubre 15, 2007

Medio ambiente nuestro

Yo creo que todo empezó con una percepción de que el problema era local. Los problemas sobre contaminación ambiental tenían un fuerte tufo a ser sólo de las ciudades donde ocurrían, que era un mal endémico a la urbanización desenfrenada y todo lo que ella conlleva. Así pues, las estrategias fueron en el sentido de reducir la emisión de gases y el desuso de productos nocivos para el medio ambiente. A finales de los años 1970s ya era notorio que las cosas, en términos ambientales, en la Ciudad de México no iban muy bien del todo, fue entonces que se creó el IMECA, para medir los niveles de contaminación del aire. Pero no fue sino hasta mediados de los 1980s cuando se tomaron medidas más fuertes, como declarar muchas zonas de la Ciudad en áreas de reserva ecológica, y a finales de esta década empezó el llamado Hoy no circula. Tengo la percepción, como decía desde un inicio, que al principio el tema del daño al medio ambiente era visto desde una perspectiva muy local, las estrategias se dirigían en ese sentido. Se procuró sacar las industrias pesadas de las zonas urbanas para incrementar los niveles de calidad de vida. También recuerdo mucho que, por aquellos años de fines de los 1980s y principios de los 1990s, había mucha preocupación por las sustancias que hacían daño a la capa de ozono, como los fijadores en spray.

Sin embargo, con los años, nos dimos cuenta que el problema no era sólo de las ciudades. En realidad, el problema es global. Entre las tantas cosas que nos ha venido a proponer, a imponer y a enseñar la globalización es que en ésto no estamos solos. Aunque sacamos las fábricas de las ciudades, éstas siguieron emitiendo gases nocivos para el planeta y, por ende, para nosotros. En el debate sobre el calentamiento global y el cambio climático, hay quienes lo enfocan a que es cuestión natural, pues el Sol está calentando más hoy en día. Aún si fuera esto cierto, creo que es evidente que la actividad humana ha tenido una injerencia fuerte al respecto. No creo que la innegable existencia de un agujero en la capa de ozono se le pueda atribuir a un "efecto natural", cuando hemos visto como este agujero se ha venido ensanchando en los últimos años, años en los que la actividad industrial contaminante ha crecido de forma desmedida. Supongamos que, en gran parte, fuera cosa de un Sol más enjundioso, eso no hace inútil trabajar por reducir las actividades humanas que sabemos afectan al medio ambiente. Así que no hablamos de algo menor o insignificante; hablamos de hacer lo que está en nuestras manos para mantener la calidad de vida en el planeta en el que vivimos y del cual, por lo pronto, no tenemos cómo salir.

Actualmente, el problema es uno de economía política, según lo interpreto. En efecto, se sabe que hay actividades humanas que afectan al medio ambiente (dejando de lado si son la principal fuente del cambio climático y el daño ecológico o no), el problema, al querer avanzar la agenda al respecto, está en que los incentivos políticos no dan para ello la mayoría de las veces. Dicen Lorenzo Rosenzweig y Michael Rattinger en su texto México y el cambio climático: "El medio ambiente con frecuencia es una de las primeras víctimas a la hora de definir prioridades políticas". Y es muy cierto: no hay ejemplo más claro que la negación del gobierno de EUA a ratificar el Protocolo de Kyoto, el cual pretende reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Por principio, George W. Bush no se quiere dar el lujo de perder el apoyo político-económico de los grandes industriales, que evidentemente serían lastimados en sus operaciones y beneficios al aceptar el Protocolo de Kyoto. También, tenemos el ejemplo de los nuevos grandes de Asia, China e India. Mario Molina, premio Nobel mexicano, lo dice claro en una entrevista: a los gobiernos de China e India les preocupa que muchas de las medidas a favor del medio ambiente limiten su desarrollo (que yo matizaría en crecimiento, eso les preocupa en todo caso, pues el desarrollo implicaría ineludiblemente en sus prioridades el aspecto ambiental). En esta misma entrevista, Mario Molina dice bien de que se trata todo esto: "Y esto sólo se puede resolver desde el gobierno, no con la mera buena voluntad de la gente -aunque eso sirve, y tiene que haber conciencia. Pero la mejor conciencia, más que nada, es la que sirve para presionar al gobierno a actuar."

Entonces, si la cuestión es de economía política, démosles incentivos a nuestros políticos para ponerse a pensar en el medio ambiente y en políticas públicas al respecto. Hagamos que el costo de ignorar a la ciudadanía y a los problemas ambientales sea mayor al de perder a un puñado de industriales poco preocupados por el futuro del planeta. Una de las ventajas de vivir en democracia está en que podemos elegir a nuestros gobernantes. Nuestro compromiso debe ser elegir a aquellos que estén preocupados y ocupados en hacer algo por resolver los problemas del medio ambiente y que tengan estrategias claras para poner en orden las actividades humanas nocivas para éste. Porque es cierto, de nada sirve toda la conciencia ambiental sino trasciende al ámbito de la toma de decisiones. Es decir, tanta alharaca a favor del medio ambiente debemos llevarla con contundencia al terreno político, donde al fin y al cabo se concretarán estos esfuerzos. Ojalá las voluntades unidas de este día sirvan para presionar a los gobiernos del mundo a actuar.

Jerr.
Octubre 15, 2007.

octubre 13, 2007

Un fragmentito de Desarrollo y Libertad

Permítasenos comenzar con una distinción entre dos actitudes generales hacia el proceso de desarrollo que podemos encontrar tanto en los análisis económicos profesionales como en las discusiones y los debates públicos. Según la primera, el desarrollo es un proceso "feroz" con mucha "sangre, sudor y lágrimas", un mundo en el que la prudencia exige rudeza. En particular, exige la desatención calculada de algunos aspectos que se consideran "bobadas" (aun cuando los críticos suelan ser demasiado educados para calificarlos así). Dependiendo de cuál sea el veneno favorito del autor, entre las tentaciones a las que hay que resistirse se encuentran las siguientes: tener redes de protección social que protejen a las personas muy pobres, proporcionar servicios sociales a la población en general, alejarse de las rigurosas directrices institucionales a la hora de dar respuesta a dificultades identificadas y apoyar - "demasiado pronto" - los derechos políticos y humanos y el "lujo" de la democracia. Según esta severa actitud, estas cosas pueden defenderse más tarde, cuando el proceso de desarrollo haya dado suficientes frutos: lo que se necesita aquí y ahora es "dureza y disciplina". Las diferentes teorías que comparten esta visión general se diferencian en los distintos tipos de "bobadas" que deben evitarse especialmente y que van desde la blandura financiera hasta la relajación política, desde la realización de abundantes gastos sociales hasta las complacientes ayudas para luchar contra la pobreza.

Esta dura actitud contrasta con otro punto de vista según el cual el desarrollo es un proceso "agradable". Dependiendo de cuál sea la versión de esta actitud, se ponen como ejemplos de lo agradable que es este proceso algunas cosas como los intercambios mutuamente beneficiosos (de los que Adam Smith habló de manera elocuente), el funcionamiento de las redes de protección social, de las libertades políticas o del desarrollo social, o una u otra combinación de estas actividades sustentadoras.

Amartya Sen, Desarrollo y libertad.

Nota aclaratoria: Regularmente presento fragmentos de narrativas, pero en contadas excepciones (como ésta) se citarán algunos textos que me parecen dignos de que todos los tuviéramos en mente, aunque sean textos más "especializados".

octubre 11, 2007

Homenajeando a los grandes personajes

Mi primera reacción fue la negación. "Nooo...", exclamé, mientras conducía rumbo al Instituto esta mañana. Al voltear en un crucero, caché de reojo el encabezado del afamado Metro: Muere Francis. Mi primera reacción fue pensar si este era Día de los Inocentes (realmente soy muy malo para recordar qué día es; sólo recuerdo que es un 28 y que es a finales de año, pero siempre dudo entre octubre, noviembre y diciembre). Como hoy no es 28, dedujé que tenía que ser cierto y heme aquí, en la oficina de la Facultad Menor. Lo primero que hice fue encender la PC y buscar la noticia en la red: Era real, Francis murió. Francis fue un elemento importantísimo de la cultura pop mexicana, pues su labor no fue menor: recuperar el glamour de los espectáculos de cabaret en México. Además, dio un nuevo concepto al travestismo. Por un lado, hubo un tiempo en que el cabaret fue un espectáculo nomás para la high society mexicana, con una singular y suntuosa fastuosidad. Con el tiempo habría de decaer en el imaginario colectivo, al asociar el cabaret con las ficheras y los tepochorines de quinta, más que con el ampio espectáculo de revista que alguna vez fue. Por otro lado, Francis logró disasociar, en alguna medida, la imagen del travesti de la caricatura de los "drag queens" a la imagen que, supongo, pretenden adoptar quienes así lo hacen: simple y llanamente un hombre vestido como mujer y adoptando una personalidad femenina. No es que algo sea más digno que lo otro, pero sí es significativamente distinto. Homenaje póstumo a otro ícono de la cultura pop mexicana que se nos va. Homenaje póstumo a Francis.

octubre 10, 2007

Come into my world

Un muy bien logrado video musical. Por otro lado, nunca está de más poder admirar a Kylie Minogue.

octubre 07, 2007

Lectura dominical

Les voy a contar un secreto. No es algo escabroso ni incontable, más bien no se lo había contado a nadie hasta ahora. A finales del año pasado, reapareció en mi vida un personaje del pasado, alguien a quien quise mucho y aún lo hago, aunque en una forma distinta a lo que fue. En aquel entonces pasaba por un momento difícil y entendí (ya antes había tenido serias sugerencias de ello) que la vida no era casual. La susodicha persona llegó a mi vida y me dio apoyo moral, de ese que es invaluable en esos momentos. Entre sus esfuerzos por ayudar, me prestó el libro El búfalo de la noche de Guillermo Arriaga. Hacía poco que ese libro había sido publicado. La cosa es que el libro me encantó, pues llegó a llenar (en parte; mejor dicho, a dar cierto entendimento a aquel momento, también en parte y por alguna extraña razón) el vacío en que me vi inmerso entonces. Quizás Arriaga nunca ganaría un premio de literatura por este texto, dados los estándares que se acostumbran, pero es una muy buena lectura. De hecho, se convirtió en un libro predilecto y, para mí, eso no necesita explicaciones. Hoy, al buscar el dominical periódico en Sanborn's, lo vi ahí, en un estante: la cuarta edición del texto. Lo compré, porque quería tenerlo para mí (recuerden que mencioné me fue prestado) y la persona que me lo prestó, de repente, salió de mi vida. Sé que no ha salido del todo, sólo que ya no será tan fácil verla y contactarla. Sé que salió la película. No la he visto, porque pretendo mantener la imagen literaria que llevo en mi mente. Las películas suelen acabar con eso, regularmente. Hoy volví a leerlo como la primera vez y, por unos instantes, me perdí en la foto de la portada, la foto de esa mujer en aquel cuarto de motel. La imagen que, hace casi un año de que lo leí por primera vez, hizo brotar lágrimas de mis ojos y que, hoy, hizo que soñará con el ayer. Los dejo con un fragmento:

Cerré la llave de la regadera y todavía mojado me dirigí al cuarto. Miré a mi alrededor: quedaba todo y nada de ella: la toalla con la cual se había secado, botada encima del buró; las marcas de sus pisadas húmedas, desvaneciéndose en la alfombra; un cepillo para pelo olvidado junto a la luna del espejo y la cama revuelta donde horas antes habíamos hecho el amor.
Me senté sobre el colchón. En la sábana, a un lado de las manchas de sangre, Tania había escrito con plumón negro: "te amo más de lo que crees".
Desgarré la sábana valiéndome de los dientes y me llevé el trozo de tela con su sangre.

Guillermo Arriaga, El búfalo de la noche.

octubre 06, 2007

Creo que fue así

Creo que fue así. Ahora ya no lo recuerdo tan bien como hace unos meses, a lo mejor semanas. Simplemente sé que ocurrió, pero ya no sé que tan bien podría recordar los matices. La cosa es que amé, odié y ahora lo recuerdo. Hoy en la mañana, mientras me bañaba, recordé a aquel joven del que me enamoré hace más de un año. Fue algo verdaderamente fugaz. Todavía hoy me preguntó cómo fue posible que yo tuviera una relación así a estas alturas de la vida. Y es que uno nunca decide en esto, se deja llevar y ya. “¡Estúpida! ¡Estúpida!”, me dije a mí misma muchas veces. El caso es que me enamoré de un chico diez años menor a mí. Diez años menor a mí. Mi mejor amiga, la muy tonta, se asegura de recordarme que no eran diez, sino nueve. Bueno. ¡Qué más da! El caso es que era un niño y yo una estúpida pensando que era divertido, primero, y que amaba como jamás lo había hecho, después. Efectivamente, fui una estúpida. No sabía en lo que me estaba involucrando y no pensé en lo que podría ocurrir. Sólo fue y ya; así es esto del amor, siempre lo he sabido. Al menos lo supe desde la primera vez que me rompieron el corazón y otras cosas. La cosa es que lo he sufrido desde entonces y, según yo, no lo he logrado olvidar.

Todo fue tan intenso. Él entró, después que yo, a trabajar a la oficina. Hacía sólo un par de semanas que yo acababa de entrar a trabajar ahí, pero mal que bien ya me había entendido con mi entorno y los compañeros. Me sentía satisfecha de haber logrado el puesto de gerente en la empresa y todo salía como quería. Realmente me había enfocado a tener la más exitosa de las carreras profesionales y lo iba logrando. Eso, desde luego, influyó en mi vida personal, pues, al cabo de los años, me encontré sola sentimentalmente. Al principio no era difícil lidiar con ello. Soy una mujer guapa y nunca ha faltado quien muestre interés en mí. Al principio, los hombres me seguían aún. Mis amigos de la universidad me invitaban a salir y yo todavía me daba el lujo de decir no. Con el tiempo esto cambió. Perdí contacto con los de la universidad, cuando me fui a hacer una maestría a Europa. Ahí tuve un amorío casi casual con un español que, en un par de semanas, ya no quiso saber de mí. Así como así. Tan sencillo como usar una prenda un par de días, sentir que no te ajusta muy bien y mandarla al rincón del clóset. En este caso, me mandó a otro lado. Cuando volví a mi país, me encontré con que todos los hombres, que me parecían atractivos, estaban ya casados (y en la mayor parte de los casos con mujeres por las cuales yo no daría ni un peso). No me preocupaba aún, porque imaginé que nada le sería negado a una mujer única como yo. Los años pasaron y me encontré sola. Los fines de semana, cuando estaba sola en mi apartamento, lloré incontrolablemente tantas veces. Recordé mi época de la adolescencia cuando la urgencia de tener un pareja es tan grande. Claro, cuando uno es joven y descubre los asuntos del amor se vuelve aficionado de por vida. Como en toda afición, al principio no puedes dejarla de lado. Debes saciar eso de algún modo y no puedes estar dos semanas sin alguien a tu lado porque sientes que se te acaba el mundo. Después, uno va madurando y se da cuenta que hay otras cosas, y que no todo es tener a alguien ahí necesariamente para que te llene. En aquellos días conocí a este joven y me hizo recordar tanto mi época de adolescente. En un inicio, él moría por mí. Hombres. Siempre lo hacen. A veces parece que no sienten nada y otras que sienten todo. A veces quieren dar la vida por una y a veces quieren sólo pasar la vida con una. A veces nos hacen felices y la mayoría de las veces nos hacen sufrir tanto. Es que no entienden, pero eso sí: nosotras somos las culpables.

Un día él se acercó a mí de una forma distinta. Hasta entonces, habíamos mantenido una muy amable relación de trabajo, pero nada más. Me caía muy bien y algo en aquel chico de veintitrés años me atraía, aunque nunca me planteé nada más. Siempre me pesó el hecho de tener treinta y dos años, lo cual implicaba llevarle nueve años de vivencias, experiencias y madurez. Pero, un día él se acercó a mí de una forma distinta. Me tomó por la cintura, acercó su boca a mi cuello y lo besó. Sentí que mi vida empezaba ahí y terminaba en un remolino de deseo reprimido por mucho tiempo. Yo volteé y lo besé. No me arrepiento de lo vivido a su lado.

Eventualmente, cuando todo parecía indicarme que no debía seguir, le dije que debíamos terminar. Era algo que me dolía en el alma, más que nada en toda mi vida y, sin embargo, tomé la decisión. A pesar de que, gracias a él, me sentía más joven y llena de vida, con un excelente humor cada día, con una sonrisa en mi cara, con un entendimiento de los vaivenes de la vida, tuve que dejarlo. Por él y por mí. Así lo pensé. Traté de obviar muchas cosas, pero la verdad es que cada quien estaba en distintos momentos de vida y mejor era que todo fuera como debía ser. Me suplicó porque no me fuera de su lado. Lloró, rogó y sufrió. Me dolía tanto verlo así, pero me tuve que hacer la fuerte y no complicar más las cosas. La verdad es que a mí también me dolía y no estaba muy convencida de lo que estaba haciendo. Sólo fue una corazonada la que me guió aquella vez. Fue un mes de estira y afloje, hasta que lo mandé al diablo un día, para que entendiera finalmente. Sufrí tanto su ausencia. Cada uno de los siguientes días me cuestionaba mi decisión y moría de ganas de llamarle y preguntarle “¿Cómo estás?”. Pero no lo hice, por su bien, debía dejarlo ir. Estaba tan deprimida. ¿Cómo podía haberle deshecho su vida? Él me lo había dicho: su vida era yo.

Con el tiempo me enteré que, a las dos semanas de terminar, él ya andaba con una chica de veinte años. Y su vida, dos semanas antes, era yo. Sí, claro. Ayer me lo encontré y me dijo que, tras este año y meses, se da cuenta que yo soy el amor de su vida, pero que eso no implica que no sea muy feliz junto a su novia actual (pequeño detalle). Hoy, al enjabonarme en la ducha, lo recordé con una fría sensación de odio, pero con una exaltación en el vientre y una presión en el pecho en los que no puedo dejar de pensar. ¿Qué significan?

A mis amigas.
Jerr. Octubre 6, 2007.

octubre 04, 2007

La Casa de los Dibujos

Dado que estamos destapando muchas cloacas (por la falta de ideas, quizás, he de admitir), es tiempo de destapar un programa que, la verdad sea dicha, era muy divertido, pero tremendamente vulgarzón. En fin. La Casa de los Dibujos se llama. Como conozco la fresez de muchos de mis lectores, advierto que el siguiente video tiene mucho lenguaje soez, así como expresiones sexualmente explícitas. Nada extremo, sólo es una parodia, pero más vale dar este tipo de indicaciones antes de recibir reclamaciones. Para mí es una excelente representación sarcástica sobre los dibujos animados y, sobre todo, los reality shows. Los reality shows son maravillosamente surrealista-mágicos, cabe decir. Como en este blog no hay tapujos, presentaré un capítulo de los más extremos de esta serie, que se presentaba en MTV. El tema del auto-toqueteo, "leche-bebés" curativos y un pepino psicótico.

octubre 02, 2007

Dulce venganza, añorada venganza

"Yo sé de hoy. Festeja mientras puedas, pues la venganza es un plato que se sirve frío. Cuando menos lo esperes... Yo tendría miedo; miedo de no saber cómo, cuándo y dónde, pero tener la absoluta certeza que habrán de vengarse de mí. Cuando menos lo esperes, mujer..."
Sentado desde lo alto, nuestro protagonista lo juró como si ella estuviera ahí. Estaba tranquilamente esperando el momento justo para llevar a cabo su tan añorada venganza. Su mirada estaba perdida en el horizonte de la ciudad.

Hasta en las mejores familias

Nunca podría negarme a las amables y lactantes peticiones del Vicepresidente de facto del Consejo de Alumnos del ITAM, mi querido amigo, colega y yunquista, Carlos Martínez Velázquez, quien se mantuvo intrigado por el homenaje antañero a Carmen Salinas y la carencia de información sobre una belleza digna del surrealismo mágico. Me refiero al show, que alguna vez condujo Carmelita, Hasta en las mejores familias.

La primera vez que tuve un encuentro con la dichosa frase "Hasta en las mejores familias", fue en una plática con mi familia por parte de madre que, como fehacientes representantes de las "buenas conciencias y la moral exacerbada", criticaban a algún prójimo. En determinado momento, la más intensa de mis tías cerró la sanguinaria crítica con un "Es que eso pasa hasta en las mejores familias". La anterior escena ocurrió en algún momento de mi infancia. Quién iba a decir que, con el paso de los años, habría de toparme con un show nombrado "Hasta en las mejores familias", el cual -como ya decía- es dignísimo de este blog surrealista mágico. Entre los conductores de dicho programa se encontraron bellezas de la cultura pop mexicana como Carlos Bonavides "Huicho Domínguez", Francis y nuestra Doña Carmen. (Nomás pa' que vean que había calidá.) Creo que ninguna descripción podría ser más acertada que la que aparece en el sitio especializado en medios Imdb.com, los dejo con esta joya descriptiva:

The first time I saw this show I could not believe how "Carmen Salinas" was chosen to present this show. Neither she had the skills to be a presenter nor manage guests on the set. On the other hand, Carmen Salinas' Spanish language is extremely poor. Also, she is not intellectually capable to be a mediator among her guests. The topics were disgusting and sensationalistic, showing human beings misery and the decadence of a society that needs to express its feelings and problems to others who are helpless as Carmen Salinas is. "Hasta en las mejores familias" has been the worst talk show I have seen in my life. I would define it as the most grotesque show in the Hispanic television.

Mitos

"Jesúúús."

Mito creado por mi persona, según Carlos Martínez Velázquez.

(Patrocinado por chistes de La H. Facultad Menor de Ciencia Política: Hacemos de su vida un paseo fascinante por los artilugios mágicos de la "politología".)