febrero 19, 2008

Expiación, deseo y pecado

El pasado viernes vi, casi a medianoche, Expiación, deseo y pecado (increíblemente larga traducción para Atonement, pero bueno). ¡Bravo! ¡Bravo! ¡Bravo! La hora no era la mejor opción para ver una película después de un largo día de "politiquear". Sin embargo, me mantuvo muy atento. Excelentes actuaciones, muy buena cinematografía, insuperable banda sonora, gran historia. Keira Knightley, muy bien. Creo que esta guapa flaquita cada vez se supera más y más. James McAvoy, a quien conocía por papeles menores, se muestra autosuficiente en las artes histriónicas y digno de una calificación casi sobresaliente. Se juega con la temporalidad de una forma importante para lograr la historia que se está contando. Supongo que a varios puede resultarles un poco molesta la extraña temporalidad manejada en la película, pero creo que esta particularidad es lo que hace interesante a la película. Y lo lleva a uno a dimensionar esa parte de los humanos, que es la imaginación, el entendimiento y la búsqueda de motivos y razones.

Con esto quiero pasar a hablar del personaje que me cautivó: Briony Tallis (interpretado en tres etapas, una por Saoirse Ronan, otra por Romola Garai y, finalmente, por una veterana como Vanessa Redgrave). Ese personaje está hecho con magnificencia. Una cosa grande, grande. En términos de la narrativa convencional, los protagonistas serían Cecilia Tallis (Knightley) y Robbie Turner (McAvoy), pero no es hasta el final que uno se da cuenta que la historia es sobre Briony Tallis. Y ese final, tan inesperado como satisfactorio, es uno de los giros cinematográficos más dignos y complacientes que he visto en los últimos tiempos. Grande la muchacha que personifica a Briony en su pubertad. Las otras dos actuaciones excelentes, aunque la de Redgrave es corta, pero decisiva. Yo sólo volvería a ver la película por la actuación de Saoirse Ronan, la Briony de 13 años. La expresión de los ojos en close-up de esa niña son cosa alucinante, de verdad.

Preguntas sobre la historia: ¿Es que el amor puede ser tan profundo y puro como para trascender las barreras del tiempo y el espacio? ¿Puede ser tan real como para dejarlo todo por él, saberlo de repente, sentirlo en un momento y al siguiente entregarse por completo para toda la eternidad?

Empecé bien mi ciclo rumbo a los premios Óscar. Cerca la bala de un diez cerrado. Hay detalles, como pequeñas inconsistencias en la historia, en el sentido de historias laterales inconclusas o poco desarrolladas, que resultan, a mi parecer, innecesarias en todo caso. Sin embargo, el 9.5 -que le puse en "Calis de las Pelis"- está más que merecido.

Nota para tí (tú sabes): Quiero que la veas y luego platicamos. Responde las preguntas en base a la película.

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