agosto 04, 2007

Tiempos de cambio

Afirmemos lo siguiente: Son tiempos de cambio.
Ahora, pongámonos a trabajar en ello. Los cambios, que esperamos sean para bien, pasan por nosotros. Creer que las cosas pueden cambiar es sólo un paso. Hay que empezar a cambiar nosotros si es que buscamos que el cambio sea exitoso. No podemos ir por la vida pensando que las cosas deben cambiar sin poner el ejemplo para este cambio. A veces solemos estar temerosos de ello, pues nos enfocamos en miedos entendibles. Comúnmente, tenemos miedo a perder y es que no nos han preparado para ello en este mundo. Los que inician con cambios profundos suelen perder al principio, por la simple y sencilla razón de que las condiciones del momento, el status quo, beneficia a los que juegan conforme a las reglas establecidas. Claro, podemos ser ganadores jugando conforme a las reglas obsoletas, pero he ahí el meollo del asunto: Son obsoletas. Sólo los audaces y atrevidos emprenden la difícil misión de creer en un ideal y ser factores de cambio. Aún cuando las reglas no fueran del todo obsoletas, tenemos prácticas que no son benéficas. Emprender la titánica lucha de un "cambio cultural" es tarea de los que vivimos en la época actual. Hoy por hoy tenemos muchas complicaciones en el mundo y dudas sobre nuestra existencia. Pareciera que, conforme avanzamos tecnológica y científicamente, más dudas se generan, menos soluciones obtenemos y más se amplia la angustia. A veces, quizás, es importante no tener tantas respuestas, o no enfrascarnos en búsquedas estériles, cuando alrededor vemos que la realidad es caótica y soluciones asequibles son posibles.
Pienso en la necesidad de creernos que estos son tiempos de cambio y hacer, también, de éstos tiempos de cambio. Momento de ampliar la tolerancia a la pluralidad, momento de someter al arbitrio de la ciudadanía más decisiones de gobierno, momento de empezar a pensar en el futuro y detener el deterioro ambiental, momento de dejar de pelearnos por recursos no renovables y ponernos a generar combustibles distintos, momento de creer en ideales y sujetarnos a valores, momento de informarnos y participar, momento de pensar que el bienestar propio debe entenderse únicamente a partir del bienestar de los demás. Pero claro, somos egoístas y, al final del día, no es malo, el problema está en que tenemos miedo a perder. ¿Qué pasa si el otro no cede y yo lo di todo? Ni modo, a veces tenemos que perder por un bien mayor y no tenemos que reprocharlo a nadie, ni a nosotros ni a los otros. Si fuéramos pensando en la reciprocidad todo el tiempo, jamás tendríamos la posibilidad de ser felices; de aprender del otro, de querer a alguien, de vivir. Entonces, corramos riesgos. Algún día, las generaciones venideras agradecerán nuestro arrojo. Y nosotros sabremos que hicimos lo correcto.
Afirmemos lo siguiente: Son tiempos de cambio y tenemos que ponernos a trabajar en ello.
Jerr. Agosto 4, 2007.

1 comentario:

dev dijo...

can u speak englosh