mayo 08, 2007

Un fragmentito de El Aserradero Lúgubre...

En algún momento de vuestras vidas -de hecho, muy pronto- os encontraréis leyendo un libro y os daréis cuenta de que la primera fase del libro a menudo puede deciros qué clase de historia contiene. Por ejemplo, un libro que empezase con la frase: "Érase una vez una familia de astutas ardillitas que vivían en un árbol hueco" probablemente contendría una historia repleta de animales que hablan y hacen muchas travesuras. Un libro que empezase con la frase: "Emily se sentó y miró el montón de pasteles de arándanos que su madre le había preparado, pero estaba demasiado nerviosa por el Campamento del Monte como para probar bocado" probablemente contendría una historia llena de niñas de risa fácil que se lo pasan en grande. Y un libro que empezase con la frase: "Gary olió la piel de su nuevo guante de béisbol y esperó impaciente que Larry, su mejor amigo, apareciese por la esquina" probablemente contendría una historia llena de niños sudorosos que ganan alguna clase de trofeo. Y si os gustasen las travesuras, pasarlo en grande o los trofeos, sabríais qué libro leer y podríais tirar los otros.

Pero este libro empieza con la frase: "Los huérfanos Baudelaire miraron a través de la mugrienta ventanilla del tren y contemplaron la tenebrosa oscuridad del bosque Finito, mientras se preguntaban si algún día sus vidas irían un poco mejor", y vosotros deberíais ser capaces de adivinar que la historia que viene a continuación es muy diferente de las historias de Gary, Emily o la familia de astutas ardillitas. Y por la sencilla razón de que las vidas de Violet, Klaus y Sunny Baudelaire son muy diferentes de las de la mayoría de la gente, y la mayor diferencia es la cantidad de infelicidad, horror y desesperación que contienen. Los tres niños no tienen tiempo para hacer travesuras, porque la desdicha les sigue allí donde van. No lo han pasado en grande desde que sus padres murieron en un terrible incendio. Y el único trofeo que ganarían sería del estilo Primer Premio a la Desgracia. Es atrozmente injusto, claro, que los Baudelaire tengan tantos problemas, pero así se desarrolla la historia. Así pues, ahora que os dicho que la primera frase va a ser: "Los huérfanos Baudelaire miraron a través de la mugrienta ventanilla del tren y contemplaron la tenebrosa oscuridad del bosque Finito, mientras se preguntaban si algún día sus vidas irían un poco mejor", si queréis evitaros una historia desagradable será mejor que dejéis este libro.

Lemony Snicket, Una Serie de Catastróficas Desdichas: El Aserradero Lúgubre.

1 comentario:

Talía GC dijo...

Lemony Snicket es una de mis películas favoritas, me encanta la forma tan subreal y distinta de enfrentar la vida, pero debo admitir que no sé por que no se me había ocurrido la idea de leer el libro hasta ahora que leo tu post.

Me agrada tu estilo!
Saludos
TaL