Esas tan fallidas percepciones nuestras

Alguna vez pensé en lo fallidas que son nuestras percepciones; hoy vuelvo a pensarlo. ¿Es que esa es la naturaleza misma de la percepción? Seguro por ahí existe algún filósofo que así lo indique y que yo no lo recuerde o no lo conozca. En fin, lo particularmente importante y señalable es que las percepciones son tan fallidas que nuestra realidad, al final, es tan distinta a lo que alguna vez pensamos. Alguna vez las mujeres han pensado que encontraran a un hombre verdaderamente sensible, que no piense en sexo. Alguna vez los hombres hemos pensado que para alguna mujer en el mundo dos metros son dos metros y dos días son dos días. Alguna vez los jóvenes pensamos que no repetiríamos los errores de nuestros padres. Alguna vez los viejos pensaron que harían entender a los jóvenes con todos sus consejos. Alguna vez hemos pensado que ganaremos el mundial. Alguna vez hemos imaginado que encontraremos un amor de película. Alguna vez el PRI pensó que duraría en el gobierno toda la vida. Alguna vez el PAN pensó que, de llegar al poder, jamás se corrompería. Alguna vez el PRD pensó que ganaría con un candidato radical, necio y sin capacidad de escuchar. Alguna vez los partidos pequeños han pensado que, de verdad, algún día alcanzarán la presidencia. Alguna vez hemos soñado con que el arte puede comernos en un mundo tan poco artístico. Alguna vez pensamos que llegaríamos a entender los misterios de la naturaleza y la vida. Alguna vez hemos creído que las cosas malas del mundo pueden cambiarse. Y lo más maravilloso de todo es que, a pesar de todo esto, alguna vez he pensado que no puedo dejar de darme el lujo de seguir pensando que, de verdad, pueden cambiarse. Esas tan fallidas percepciones nuestras, sin las cuales no podríamos vivir.