mayo 25, 2007

De vuelta a Harush Nikubb (2)

En este homenaje a Harush Nikubb emprendemos un viaje al pasado intelectual de una persona. De mi persona, de hecho. Regularmente, uno hace análisis reflexivo de lo que fue y de lo que es. En Harush Nikubb, a lo mejor no de forma intencional, intenté plasmar, con un estilo particularmente extraño, una rebeldía juvenil pero, curiosamente, una rebeldía juvenil ordenada. Así, desde la redacción y la ortografía podemos ver atisbos de ello. No se usan con total propiedad los signos ni la sintaxis. En muchas ocasiones, simplemente son réplicas de diálogos irregulares; en muchas otras, no hay una línea argumentativa clara. Muchos distractores a lo largo del texto se funden con los argumentos principales de cada capítulo. No obstante, estos elementos son una constante del texto, lo que yo asumo como una "rebeldía ordenada". Así, en su particular forma, Harush Nikubb podría ser considerado como un primer acercamiento a un estilo personalista y difuso de una realidad intelectual poco entendida. En cierta forma, un primer acercamiento al surrealismo mágico.

Capítulo: Qué pasó, mi amistad? (Fragmento)

Hace algún tiempo ya, Reyes, Tlama y Josué nos regalaron una nueva frase a nuestro léxico familiar, esa frase es “mi amistad”. Al parecer, si mal no recuerdo, el “mi amistad” original es un pintoresco taquero que conocieron los anteriormente mencionados personajes en su ininterrumpible misión por saciar su hambre. Así que se quedó y, en muchas ocasiones, nos referimos entre nosotros como “mi amistad”. Está cotorrón, no? Simpático diría Jerr, o sea yo.

(...)

Hay con quienes crecí. Nos conocimos desde ser unos mequetrefes escuincles mocosos hasta convertirnos en unos mequetrefes adultos peludos. Hemos compartido muchos, muchísimos momentos. Todos estos momentos con algo que los hacía especiales. Hay a quienes conozco, relativamente, hace poco, y sin embargo el destino decidió que nos hiciéramos amigos entrañables. No hace falta decir que a todos los quiero un buen.

Capítulo: Las bondades de la vida (y el capitalismo) (Fragmento)

Pero el verdadero punto de escribir sobre esto es que sentí lo que se conoce como remordimiento, y fue al darme cuenta que la vida ha sido, pues, buena conmigo y yo, qué le doy a la vida? Pues algo que es neto es que soy un zángano. Qué mal! No? Duro, pero cierto (no Javier, ese duro no) Y pensaba, relacionando este acontecimiento con lo que decía al principio de este escrito, el como yo digo: “Ay que hueva! Tengo que hacer labores del hogar”; cuando un chico de eso pide limosna, pero bueno.

Y esto mismo me lleva a pensar que uno, que en cierta medida tiene dinero, lo despilfarra en cuanta chuchería se le ocurre. Es más yo siempre digo: “voy a chacharear” (traducción: voy a gastar dinero en cuanta baratija, sin necesidad de hacerlo, se me ocurra). Y pienso en esa gente que daría lo que fuera porque esos diez pesos, que gasté en un simple y banal listoncito que me voy a amarrar en el brazo, los tuvieran para comprarse un taco y poder hacer su única comida del día.

Jerr, Harush Nikubb.

No hay comentarios.: