agosto 16, 2008

Placeres no tan ocultos

¡Oh Dios! ¡Qué día el de ayer! Llegué extasiado a las 5 a.m. a mi hogar después de la que aparenta ser la última de mis noches dedicadas a ese vicio mío, que suele levantar cejas entre la tradicionalista sociedad mexicana. Al menos en el lugar que acostumbro visitar. Muajajajá. Aunque, claro, al "macho mexicano" que todos los hombres mexicanos llevan escondido, les alegra e incita. Creo. Con decirles que, si todo sale como debería, tendré "detallito" de cajón. Jajaja. Y no diré más. (Carita pícara-inquieta-perversilla-contentita de Jerr.)

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