diciembre 07, 2008

Ultraderecha materna e inseguridades regionales

Mi madre siempre ha sido una mujercita de ultraderecha. No coincido plenamente con ella, pero entiendo su propósito: si damos un paso atrás en cuanto a valores, la cosa se sigue "como hilo de media". Creo que, en gran parte, tiene razón. Ir cediendo en muchos sentidos, hace que la situación actual se vuelva incontrolable, porque ya no tenemos un piso común de entendimiento en términos morales. No sé qué tanto sea válido o no, pero en sociedad es más que necesario compartir convenciones, porque de otra forma no hay posibilidad de entendimiento. Seguro que esto no debe rayar en el extremismo (como es el caso de madre que cree que "el pecado está en todas partes"), pero, sin duda, creo que estamos en una situación particularmente preocupante por la cantidad de libertinaje observado en la vida diaria.

Y esto me remite a otra cosa: la inseguridad que se vive en muchos lugares del país y, específicamente, en la zona del Valle de México. Los antros han cerrado por la presencia de grupos delictivos, como los Zetas, ya que han estado haciendo redadas en estos lugares. Entran, cierran el lugar, roban, violan y matan. Todo esto ante una impunidad total. En parte por estar vinculados con algunos autoridades; en parte por el miedo personal de las autoridades no involucradas. Y es que es parte de un todo, los valores son siempre la respuesta. Delincuentes insaciables y tan perversos sólo pueden ser resultado de una sociedad carente de valores. La falta de honestidad, de sinceridad, de fuerza de voluntad, de convicción, de valor, de compromiso, de decencia en general, ha provocado un mundo donde los límites son nulos.

La sociedad debe tener límites, quizás amplios para una democrática, pero debe haberlos.

Eso empezará desde los hogares. Sin buscar sonar sexista, la columna principal, en ese sentido, son las madres (de ultraderecha o no, pero concientes de la necesidad de inculcar valores).

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