diciembre 22, 2008

Dulce Caridad


Fui a ver Dulce Caridad con Paola hace dos domingos y no había podido contarles sobre ello.

La verdad es que ambos nos quedamos pensando en si nos había gustado o no. Fue una excelente obra en lo técnico, en lo musical, pero la historia nos dejó un cierto desasosiego. ¿Por qué? Bueno, un final que se asume (desde su propia perspectiva) como alentador, no nos lo resultó tanto. Y es que en la historia se maneja un tipo de amor muy superficial. A lo mejor el mundo actual es así, pero ¿no deberíamos estar pensando en cambiar eso y no ensalzarlo?

Me explico: la historia es la de una mujer enamorada del amor, básicamente. El detalle está en que se enamora perdidamente a cada esquina. Una cosa es la ilusión, el revoloteo de las mariposillas, la gana, pero de ahí a pensar que todo el que se te aparece lo consideres el "amor de tu vida", hay un mundo de diferencia.

En fin, el caso es que, como es de esperarse, el final justamente está determinado por esta situación: Caridad difícilmente podrá ver concretado cualquier tipo de amor por perderse en la idea de la totalidad de ello, mientras que, en realidad, es muy superficial.

Así que... Muy recomendable, pero hay que saber digerir el final.

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